Monday, July 31, 2006

¿Y si algún día lo reconociera?

Anoche estuve leyendo sobre Groucho y esta mañana mi acidez es sólo de estómago. No sé si es por lo del club y lo de que te admitan y aceptarlo. ¿Para qué? Quizá vaya siendo el momento de quitar una careta y poner otra.


Socio de la soledad

Soy todo corazón y eso me hace mal
soy muy sensible a la belleza
por eso pierdo la cabeza
con tanta facilidad
socio de la soledad
otra vez perdido en mi sentimiento
núnca miento, siempre digo la verdad
con el primer beso casi siempre voy preso
socio de la soledad
tantas ilusiones convertidas en canciones
por cada mujer que conocí
esta vez no sé si gané o perdí
pero sufrí y también fui felíz
no puedo vivir siempre soñando
tengo que aprender a ser más duro
el futúro me estaba esperando
ahora me está ahorcando la ilusión
...fue la fuerza del destino
no puedo prometer lo que no sé
acabo de darme cuenta
que me falta frialdad
y me siento cerca de la soledad
esta vez no sé si gané o perdí
pero sufrí y también fui felíz
soy juez abogado y condenado
tengo una espina clavada en el costado
¿y qué?
si no puedo ser el dueño de tu bondad
hoy me hago socio de la soledad
en tu cara se te nota que sufriste
a tus ojos se les nota que han llorado
no renuncies por favor
al amor equivocado
no te olvídes tan pronto de mí.

(Andrés Calamaro)

Que sabes que lo sabes

Ir es sinónimo de volver y luego regresar y tal vez sentir que se sabe mejor cuando te descongelan y te dejan deshacerte en ti mismo de todo lo que es tuyo. Volví del Contempopranea y me lo pasé genial pero ya nunca es suficiente. Tengo la sensación de que ya no siento, que soy una persona que se lo pasa bien pero luego se lo pasa mal. Porque sé que voy a morir y que me tendría que cuidar el cuerpo y el alma y luego me da el bajón y me pongo tan serio y los domingos ya no son fiesta. Regresé en el autobús que había puesto la organización y fui capaz de hablar con todos menos con la tía con la que quería hablar. Me parece el resumen perfecto con apéndices infinitos conservados en formol: La tarjeta de credito rota por la mitad, la chica de Bilbao que nunca sabré si se enfado conmigo, encontrarme a los chiclaneros irreductibles y a toda esa gente maravillosa (o al menos lo fueron 2 días) que conocí en ese pequeño pueblo de Badajoz.

El sábado comienzo mis vacaciones y os pasaré a ver a casi todos. Menos a ti.

Tuesday, July 25, 2006

Sí, claro

 
¿Cúanto tiempo aguantaré?
Yo estaba igual que tú,
mirando a la pared…
Si me preguntáis diré:
“ya no hay nada mejor,
nada mejor que hacer…”.

¡Sí, claro! Hay gente que no está
y pierdo mi papel.
Yo invado e invento otra ciudad
con todo a medio hacer.

¿Cuántos planes planeé?
Ahora que soy mejor
no los quiero ni ver…
Y me acuesto con el sol:
no hay nada malo ahí…
Me caigo del cartel.

¡Qué raro! Hay gente que no está
y pierdo mi papel.
Disparos y fuego a discreción…
Sí, claro, yo te doy…

 (Tachenko)

Monday, July 24, 2006

Días impares

Y casi a las 6 descubrí que a la 8 seguiría sin llamarme.
Eran las 10 cuando me llamó, y eso que quedó en hacerlo a las 4
a las 12 decidí mandarle un mensaje para quedar hoy a las 2.
Al final, 0. Y eso que es 24.

Friday, July 21, 2006

Principio del fin (de semana)

Es mi último fin de semana en Madrid hasta septiembre y no sé muy bien que será de mi.No tener planes es como tener demasiados planes. Siempre a la espera de una llamada que te salve o que te refugie: el orgullo, saber decir que sí, el orgullo de saber decir que no. Luego ya tendré tiempo para estar solo o para estar ya siempre con gente sola. Es complicado intentar ser sencillo.

Wednesday, July 19, 2006

La narrativa y las canciones (2)

En un Mercedes blanco llegó
a la Feria del Ganado
diez duritos de papel Albal
y el cielo se ha iluminado.

(Kiko Veneno)

Tuesday, July 18, 2006

La narrativa y las canciones

10 años en Sing-Sing.

Sabes que siempre he sido honrado, 
todos se unieron contra mí. 
Los testigos estaban sobornados. 
Llevo diez años en Sing-Sing. 

Seré un personaje de novela. 
Algún día escaparé de aquí. 
Mi moreno es a rayas paralelas, 
porque llevo diez años en Sing-Sing. 

Todavía recuerdo aquella primavera del 57, 
cuando yo era la estrella de los Tigres de Detroit. 
Tú te ponías colorada 
cada vez que te sonreía desde tercera base. 
Pero yo te juro, Margaret, 
que muy pronto seremos felices otra vez. 

No soporto habitar entre las ratas, 
no quiero picar piedra por que sí. 
Mándame una lima en un bocata, 
porque llevo diez años en Sing-Sing. 

Construiremos una granja en Colorado. 
Tocaré con el banjo para ti. 
Porque llevo diez años encerrado. 
Porque llevo diez años en Sing-Sing. 
Porque llevo diez años en Sing-Sing. 
Porque llevo diez años en Sing-Sing. 

(Los Nikis)
 

Monday, July 17, 2006

Los lunes que quedan

Es extraño intentar cantar un estribillo a alguien que se aburrió de bailar a tu ritmo, es inverosimil, natural, comprensible. Completable con el taconeo sobre las arrugas del pasado imperfecto que no supimos completar. Y así diez que no terminan cuando el despertador no suena porque ayer te acordaste de lo acordado y la soga fue tenue, débil, impuntual, panfletaria. Atascado por la voz asmática del invierno que nos viene, del otoño que nos sume. Del verano que nos resta mientras seamos negativos en nuestras propias soluciones. El incociente de nuestros dividendos. El mínimo común múltiplo de nuestro verborrea salina y procaz. Y mientras sigue siendo lunes ahí fuera y los semáforos se guiñan al oido lo que odian a los peatones que no los respetan y a las señoras que van con el carrito de la compra porque hoy es lunes y no hay pescado pero hay fruta y unos guisantes muy ricos así comopara hacerlos con. Y es lunes ahí dentro del corazón de todas las aspiradoras y los buses úrbanos y los expendedores automáticos de desgracias y recuerdos sabatinos. Y la melancolía lucha con la apatía, los modales con la antipatía, los caballeros con las arpías y tus ganas de suicidarme con las mías. Los lunes que quedan serán amargos como este móvil del crimen que no suena aunque me llame yo mismo, como las garrapatas que cambiaron la sangre por horchata sin chufas, como los polizones airados de los calcetines oscuros. Como los martes que vienen, los miércoles que brotan, los jueves que se interponen, los viernes que se premeditan. Los sábados que son. Los domingos que fueron.

Friday, July 14, 2006

Segunda vela.

Hoy este blog cumple 2 años. Yo voy de celebración en celebración aunque cada día me siento más solo (y no lo digo por las visitas) Han sido 2 años intensos donde he conocido a gente que me ha hecho más fuerte y más débil y se me han ido separando otra gente a la que yo creí estar atado por el lado fuerte. Pero era el débil o el devil o los dos al mismo tiempo que es lo que pasa cuando se te empieza a acumular las cosas.

Ayer me leía una parte reciente de mi vida al leerme algunos meses de este blog y me he dado cuenta que esto sirve para vivir y para ser vivido por mis lectores y/o amigos. Con dos años los balbuceos ya se convierten en palabras. Yo con 31 me gustaría convertirme en sinónimos.

Gracias a todos, soplo las velas, ya no pido deseos. Ya lo que deseo lo pido.

Ay, que pasado.

Vuelve la canción protesta


Todo el mundo viene y me dice
no te puedes imaginar,
esto es el gran estallido,
es el no va más.

No me creo lo que dices,
veo que no es verdad.
A partir de ahora nunca más.

Estos son los nuevos profetas de la nueva revolución.
Vamos a cambiar el mundo con esta canción.

No me creo lo que dices,
veo que no es verdad.
A partir de ahora nunca más.

Si alguien no lo puede remediar,
la canción protesta volverá.

Políticos y banqueros tiemblan,
vuelve la canción protesta.

No me creo lo que dices,
veo que no es verdad.
A partir de ahora nunca más.

Si alguien no lo puede remediar,
la canción protesta volverá.

(Los Planetas)

Thursday, July 13, 2006

Con fesión

Llevo 6 días intentando escribir este poema
y no hay manera, y no hay manera.

Wednesday, July 12, 2006

Oído por Sergio

En la calle Hortaleza esta mañana sobre las 10. Se ha cruzado con un viejo que le ha dicho unas palabras que nunca olvidará: "dase la vuelta, metela en el culo y follase uno mismo"

Simplemente genial.

Saturday, July 08, 2006

10.500

Vivo como quiero.

O eso creo creer. O al menos quiero querer. Pero lo suyo es que acabo de cumplir 10500 DÍAS vivo y quería celebrarlo. Con todos vosotros y con la gente que esté en la calle. Me marcho de marcha que decían los hermanos Strambolini.

10.499

Vive como quieras



Capra no sólo ha conseguido un lugar distinguido en esa selecta compañía de directores de cine realmente espléndidos, hombres como Bill Wellman, Fred Zinneman, George Stevens, George Seaton, Billy Wilder, Henry Hathaway, el difunto Leo McCarey y (en el extranjero) Jean Renoir, Fellini, De Sica, Sir Carol Reed y David Lean. Encabeza la lista como el más grande director cinematográfico del mundo» (John Ford, 1971)

No sé que ocurre últimamente con el recuerdo de Capra y sus películas, no sé ciertamente lo que hace que cotice tan a la baja en la bolsa de lo cinéfilamente chic, de lo que se lleva o lo que no en cuestiones de nostalgias, criterios y argumentos. Supongo que es una moda de las que igual que vienen se van solas, pero solo se queda uno con “la abuela” Capra, con el simplista, con el complaciente optimista, con el patriotero americano, con el petulante autobiógrafo, con el menor de los mayores y su, absurdamente, suicida defensa. Para empezar hablemos claro: Frank Capra es uno de los más grandes de la historia del cine. El creador, artífice, padre y dios de ¡Qué bello es vivir! (It´s a Wonderful Life, 1946), Caballero sin espada (Mr. Smith goes to Washintong, 1939), Sucedió una noche (It happened one night, 1934), Juan Nadie (Meet John Doe, 1940), Arsénico por compasión (Arsenic and old lace, 1944), Un gangster para un milagro (A pocketful of miracles, 1961), El secreto de vivir (Mr Deed goes to town, 1936) Horizontes perdidos (Lost horizons, 1937) o La amargura del General Yen (The bitter tea of General Yen, 1932), no merece bajar un escalón ante nadie. Él estaba hecho del material con el que se hace los sueños como también lo estaban Howard Hawks, John Ford, Akira Kurosawa, Alfred Hitchcock, Raoul Walsh, Buster Keaton o Roberto Rossellini por poner ejemplos significativos de esos dioses antiguos que pueblan el mío. Cada uno tiene el suyo y cada uno tiene su criterio, pero yo les hablo de películas, de cine, del semen que hizo al niño feo que aún es (o que, desgraciadamente, ahora es), de hechos empíricos, de obras consumadas. Y el cine de Capra sólo es simplista para los simplistas que no ven más allá de la pantalla y que aún creen que 4 + 4 son 8, Capra solo es reduccionista para los maestros de reducir, de esquematizar, de bocetar ideas, paradójicamente, de muy reducidas miras. Por que el señor Frank Capra era el maestro de la ambivalencia y la contradicción (1) y aunque sus finales fueran cerrados y felices dejaba abiertas todas las puertas posibles a la reinterpretación. ¿Cómo sería la carrera política de Mr Smith? ¿Hasta cuando será posible la relación entre John Doe y la periodista encarnada por Barbara Stanwyck? ¿Después de haber visto el conformismo natural de los demás, variaba algo realmente que George Bailey hubiera nacido en Bedford Falls o en Pottersville? Capra defendía unas ideas y aportaba los argumentos para demostrar sus tesis, pero las refutaciones de cada uno de estas no eran tan meridianas como pudiera parecer por los finales felices, sino que en todo momento pone las dudas sobre el tapete de la propia existencia. Y volviendo a los ejemplos anteriores ¿No dudan tanto Mr Smith como John Doe o George Bailey sobre su honestidad, sobre sus elecciones o sobre su propia vida? ¿En que otras obras está tan presente el suicidio como única salida, como abdicación vital, como manera de arrojar la toalla sudada a la cara de los enemigos que en la del director siciliano? En el cine de Capra sus personajes no son ganadores en un mundo de perdedores sino dignos perdedores en un mundo de tramposos condenados a un fracaso aún mayor al que cualquier victoria o cualquiera derrota les pudiera deparar.. Los directores de cine de aquella época se acercaban muchas noches a Broadway y veían un acto de 3 obras diferentes por día. Iban apresuradamente de un teatro a otro y si algo de lo que veían les gustaba mucho volvían al día siguiente a contemplar la obra entera. En una de esas noches Frank Capra vio el primer acto de la comedia de Hart y Haufman y no volvió al día siguiente. La vio entera y quedó fascinado. Entonces vinieron los problemas con Harry Cohn y las amenazas de querellas, puñetazos, dimisiones y expulsiones. Y en plena disputa, y para enlazar con las contradicciones, Capra le dijo que sólo volvería a rodar para Columbia si le compraba los derechos de la obra que tanto le había gustado. El precio era ciertamente abusivo (200 millones de dólares de la época) y Cohn le replicó que por ese precio no compraría ni la Segunda Avenida. Luego dijo que sí y Capra pudo ganar su último oscar.

Y para Capra esta película era importante, era fundamental, porque le permitía seguir indagando en la bidimensionalidad del hombre bueno y del hombre malo, del héroe y del villano, del sí y del no. La historia de amor imposible entre el hijo del rico embargador y la nieta del humilde embargado le daba todas las piezas maestras para cambiar la plana y maniquea obra de teatro, que no he visto pero que ciertamente me imagino. El enfrentamiento entre el hombre integro y libertario y su especuladora y reaccionaria antítesis, se diluye, se difumina, se contaminan. Y al final aunque gane el bien, como era de esperar de este (no sabemos si por condición o por convicción, por profesión o procesión) optimista para nada moralizante, inherente a su genuina visión del hecho cinematográfico, el mal demuestra que tampoco era tan malo y que siempre es posible la redención si te replanteas tus propios axiomas. El señor Kirby, como en realidad lo era el pérfido Potter, es un hombre rico condenado a la soledad (de antología la escena en la que por fín es consciente de ello) que confiere tener todo el mundo subordinado, un viejo que viendo con el rabillo de ojo las últimas curvas de su camino decide quitarse la piedrecita del zapato. El señor Vanderhof es el patriarca de una gran familia donde todos hacen lo que quieren hacer aunque sus habilidades no estén acordes con su empeño. Escribir obras de teatro inacabadas, construir fuegos artificiales durante todo el día, tocar incansable y nefastamente el xilófono, bailar sin ritmo, traer hielo y quedarse, entrar y quedarse, mirar y quedarse. Y daban ganas de quedarse aunque, sinceramente, sólo un ratito.

La familia Vanderhof más que una metáfora al uso de la imaginativa y dolorida sociedad norteamericana es una extrapolación de unos rasgos distintivos que conforman la variedad y la mezcolanza de diversas etnias, culturas y caracteres de dicha simbiosis. Kirby no es una representación de los poderes fácticos predominantes y manipuladores sino lo que les une, el espíritu colonizador de apacaradoras consecuencias y dimensiones faraónicas e imperiales. Al final la conciencia le puede y sacrifica ese pálpito por el bien común de todos y cada uno, alejándose de todos los ismos políticos que van llegando de la vieja Europa. Capra tenía muy claro que ni fascismo ni comunismo podrían ser la salida, pues ninguna de las dos ideologías respetaban la variedad y el deseo de ser libre, independiente y autónomo, sin ataduras externas ni internas para comportarse tal y como uno mismo es. ¿Utópico o conformista?¿Optimista o pesimista? ¿militante o quimérico? Cada cual puede tener su respuesta.

Sí puede considerarse Vive como quieras como un ejercicio nostálgico (2) que reclama un pasado idílico y puede ser que imaginario y sólo presente en la gran pantalla. La “high comedy” mediante las mejores técnicas cinematográficas se había encargado de presentarnos una sociedad feliz a la vez que despreocupada, ociosa al mismo tiempo que segura de sí misma, una sociedad virtual que gente como Capra, Cukor, Lubistch, Sturges o La Cava se encargaron de elevar a la categoría de arte y a los personajes que ellas habitan, al nivel de paradigma. Por eso Susan Vance desmorona el brontosaurio (el animal extinto) de David Huxley. Por eso tenemos claro con quién tiene que casarse la Tracy Samantha Lord de Historias de Philadelphia (The Philadelphia Story, 1940). El “New deal” de Rooselvelt también tenía que ver lo suyo en todo este entuerto y es por eso que en una época en la que fueron tan frecuentes las deserciones, los suicidios y los abandonos del hogar, los Vanderhof se nieguen a abandonar su casa. Por eso y porque es lo único que les permite mantenerse unidos entre sí mismos y con el pasado. El futuro ya no importaba incluso mucho antes que vinieran Sid Vicious y Johnny Rotten para proclamarlo.

Los académicos debieron ver la cara dulce de esta amarga sinfonía, se tuvieron que quedar con el final y con las gracias de los desgraciados. Pero en el fondo esta película se caracteriza por la cantidad de giros dramáticos que van descolocando al espectador de 1938 y al espectador del 2003. Y sigue viva, sin apenas haber envejecido, sin querer darle la razón a los que niegan y reniegan de Capra y su dulzor inacabable. Supongo que dentro de 10 años estará de moda nuevamente y entonces será Fellini el damnificado, quizá Antonioni vuelva a ser considerado un genio y Howard Hawks sólo un artesano, tal vez alguien se acuerde de Losey y se olvide de Kubrick. Puede, quién sabe, que incluso Greenaway sea considerado el mejor director de los noventa y Woody Allen un botarate repetitivo, pero mientras esto ocurre o deja de ocurrir, los que descubrimos el cine con Capra, los que nos enamoramos del cine cada vez que vemos una película de Capra, los que defendemos el cine de Capra, estaremos de enhorabuena por ésta y otras muestras de su genialidad i-m-p-e-r-e-c-e-d-e-r-a.

(1) En una de las más agudas reflexiones sobre el cine de Frank Capra, Terry Curtis Fox lo definía como una masa de contradicciones cabalgando en un yo-yo.
(2) Decía Sabina (y sé que últimamente no está muy de moda citarlo) que no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás, sucedió.

Friday, July 07, 2006

Y tronó (De dejarnos solos)

El Rocanrol de los Idiotas


Yo no tenía ganas de reir,
tú reías para no llorar;
yo le guiñaba un ojo a mi nariz,
tú consolabas a tu soledad.

Yo sin ninguna escoba que vender,
tú con mil y una noches que olvidar;
a mí no me quería una mujer,
a ti se te moría una ciudad.

Tú habías perdido el último autobús,
a mí me habían echado de otro bar;
los mismos alfileres de vudú,
el mismo cuento que termina mal.

Pero quiso el cielo
bautizar el suelo
con su gota a gota
y con champú de arena
para tu melena
de muñeca rota
y tu mirada azul
me dijo a cara o cruz
y mi alma de tahur
lo puso a doble o nada.

Y los peces de colores de mis botas
y tus marchitos zapatitos de tacón
locos por naufragar
salieron a bailar
al ritmo de la lluvia sobre las capotas
el rocanrol de los idiotas.

Yo no venía de ningún país,
tú ibas camino de cualquier lugar;
conmigo no contaba el porvenir,
de ti no se acordaba el verbo “amar”.
Yo no jugaba para no perder,
tú hacias trampas para no ganar;
yo no rezaba para no creer,
tú no besabas para no soñar.

Y sin equívocos de vodevil
ni alertas rojas en el corazón
el dios de la tormenta quiso abrir
la caja de los truenos y tronó,
porque quiso el cielo
acariciar el suelo
con su gota a gota
y con champú de arena
para tu melena
de muñeca rota.

Qué disparate de
partida de ajedrez
con un partenaire
adicta al jaque mate.

Y tu bolso como un nido de gaviotas
y mi futuro con pan duro en el cajón
locos por naufragar
salieron a bailar
al ritmo de la lluvia sobre las capotas
el rocanrol de los idiotas.

Capeando el temporal
salieron a bailar
como dos locos bajo el chaparrón de notas
del rocanrol de los idiotas.

El rocanrol,
el rocanrol de los idiotas.
Como tú y como yo.
El rocanrol de los idiotas.

Se marcó la calle
con aquel detalle
de dejarnos solos.
El rocanrol de los idiotas.

Y por casualidad
comenzó a tocar
la flauta de Bartolo.
El rocanrol de los idiotas.

Go Johnny go, go, go.
El rocanrol de los idiotas.
All you need is love.
Y bailar
El rocanrol de los idiotas.

A vam ba baluba balam bam bu.
Tutti frutti.
El rocanrol de los idiotas.
Don’t worry.
El rocanrol de los idiotas.

(Joaquín Sabina)

Tuesday, July 04, 2006

15 de 60

Como siempre llega el verano y la cita ineludible con el especial de www.miradas.net. Este año le toca el turno a los años 60s y ayer acaba de confeccionar una cada vez más difícil lista. Estas son las 15 elegidas:

El ángel exterminador de Luis Buñuel
El año pasado en Marienbad de Alain Resnais
El apartamento de Billy Wilder
El desprecio de Jean Luc Godard
Duelo en la alta sierra de Sam Peckinpah
El hombre que mató a Liberty Valance de John Ford
El infierno del odio de Akira Kurosawa
Los pájaros de Alfred Hitchcock
Pierrot el loco de Jean Luc Godard
Playtime de Jacques Tati
Psicosis de Alfred Hitchcock
Su juego favorito de Howard Hawks
El tren de John Frankenheimer
Uno, dos, tres de Billy Wilder
El verdugo de Luis García Berlanga

Se han quedado a las puertas Lawrence de Arabia de David Lean, El extraño viaje de Fernando Fernán Gómez, El manuscrito encontrado en Zaragoza de Wojcieh J. Haas, El más allá de Masaki Kobayashi, Banda Aparte de Jean Luc Godard, El planeta de los simios de Franklin J. Schaffner, Onibaba de Kaneto Shindo, El guateque de Blake Edwards y Los canallas duermen en paz de Akira Kurosawa.

Monday, July 03, 2006

La cyberfuga

La magnífica librería sevillana de mi amigo Luis ya tiene página web y eso es para festejarlo. Aquí os pongo la dirección.

http://www.nodo50.org/lafuga/

Llora, si es que tienes que llorar...

Sin mayor intensidad
que la que le doy a mi vida
sin mayor necesidad
que incumplir lo que me pidan.
Hoy vengo con mi vergüenza
forastero de mis dudas
la vergüenza visceral
del que va siempre vestido y se desnuda.
Atención, no quiero ser más
que lo que me mate
en esta función de los disparates
donde disparaste contra mi huida
ale hop, de amanecida.
Atención, no quiero ser menos
que lo que viva
cuando ellos entierren a mi resumen
y a mi me resuman mis heridas.
Y no volver a llorar
porque el llanto cuando me llama
ya no me suelta.
Y soltarme me he de soltar
para dar la vuelta.
Y no mirar de atrás
a lo que llora
porque no domestico más
al tapón de mi cantimplora.

Letra: El misionero
Música: Los hermanos Strambolini.

Un zumo del sabor que más te guste

Ayer era domingo y era por la mañana. Me desperté como se despierta uno los domingos por la mañana pero con una idea muy clara sobre mi vida: comprar el as e irme a desayunar a la terraza del Ital Cafe. Cuando eché la vista atrás vi que tenía que mirar hacia delante. Mi casa está muy desordenada y su disposición no me hace bien. Decidí coger un cuaderno que tengo en casa y escribir sobre las reformas que iba a hacer en mi casa, en mi vida, en mi corazón, en mi trabajo. Comprarme una cama gande, volver a escribir crítica o cuentos, ver nuevamente a N, intensificar mi atención en cada briefing. Yo que sé, todo lo que pensamos un domingo por la mañana. Lo de la lámpara, escribir más en el blog, pasar de A, aprovechar más el tiempo. Lo que siempre haremos el lunes. La mesa del ordenador bajo la luz más fuerte, apuntarme al gimnasio, no llamar a J hasta el día 10, salir más temprano del curro. Pisé la calle, crucé Segovia, no sin que antes un hombre me salvará la vida, compré el As, le di un euro al señor que me dio el As, levanté la vista y vi que había un sitio libre al sol en la terraza, me senté, leí que Zidane era mejor que Ronaldinho y vino el camarero. Café con leche, zumo de naranja y agua con gas. El desayuno de los perdedores. Todo iba a ser nuevo, todo iba a ser maravillosamente nuevo bajo el sol de Puerta cerrada. Leí lo que iban a hacer Juan Palacios, Villar Mir, Baldasano, Sanz y Ramón Calderón si ganaban las elecciones del Real Madrid. Todo fue viejo. Decidí abrir el cuaderno para apuntar en primer lugar que nunca sería del Madrid. Cuando uno abre un cuaderno escrito se tiene la misma sensación que cuando se abré un melón. Puede salir bueno o malo. A mi me salió una sorpresa, una lista de la compra que no había escrito yo. Hice memoria y me vino a la cabeza C y una tarde de domingo en casa bailando Extremoduro, bebiendo y besando. En ella me ponía todas las cosas que tenía que comprar para ser feliz en mi nueva casa. Un paquete de pan bimbo, salchichas, una olla express pequeñita. Un zumo del sabor que más te guste. Pensé en arrancar la página y dejarla en el cenicero vacío de la mesa al sol de Ital Café de Puerta cerrada. Me entristecí, me acordé de Florentino Pérez, del gol de Vieira, del video clip de A jierro, del agua sin gas, de mí. Decidí dejar la página en su sitio, no mirar atrás y mirar hacia delante. Aprovecharme de lo malo para que nazca algo bueno. Esas cosas del abono y los frutos. Hoy iré a comprar todas las cosas de esa lista. Me puse a escribir todas las cosas que he escrito allí arriba, miré el móvil y tenía un mensaje de Fernandi que estaba en el Rastro y una llamada perdida de Javi para ir a comer más tarde. Todo empezaba de nuevo y era domingo y era por la mañana y el agua con gas estaba fresquita y el café con leche muy rico y el zumo de naranja es el zumo que más me gusta.