Saturday, July 31, 2004

Canciones para evangelizar (III)

y ahora en inglés

Nothing´s gonna change my love for you----Glen Medeiros


If I had to live my life without you near me
The days would all be empty
The nights would seem so long
You I see forever oh so clearly
I might have been in love before
But it never felt this strong
Our dreams are young and we both know
They´ll take us where we want to go
Hold me now touch me now
I don´t want to live without you
Nothing´s gonna change my love for you
You ought to know by now
How much I love you
One thing you can be sure of
I´ve never asked for more than your love
Nothing´s gonna change my love for you
You ought to know by now
How much I love you
You want to change my whole life through
But nothing´s gonna change my love for you
If the road ahead is not so easy
Our love will lead the way for us
Like the guiding star
I´ll be there for you if you should need me
You don´t have to change a thing
I love you just the way you are
So come with me and share the view
I´ll help you see forever too
Hold me now touch me now
I don´t want to live without you
Nothing´s gonna change my love for you
You ought to know by now
How much I love you
One thing you can be sure of
I´ve never asked for more than your love
Nothing´s gonna change my love for you
You ought to know by now
How much I love you
You want to change my whole life through
But nothing´s gonna change my love for you
Nothing´s gonna change my love for you
You ought to know by now
How much I love you
One thing you can be sure of
I´ve never asked for more than your love
Nothing´s gonna change my love for you
You ought to know by now
How much I love you
One thing you can be sure of
I´ve never asked for more than your love
Nothing´s gonna change my love for you
You ought to know by now
How much I love you
You want to change my whole life through
But nothing´s gonna change my love for you.

Vacaciones en el mal

Últimas horas en Madrid, un par de artículos atrasados, esperando alguna llamada que me salve la vida, esperando que algún corazón pague mi rescate. El atardecer huele a bocadillo de patatas, es decir, no huele a mucho pero se queda y no se marcha en un rato. Abandonaré por un par de semanas esta ventana, saldré por la puerta y bailaré contigo y contigo y configo...Luego os enseñaré lo que me regalaron por ser automático, os mostraré como silbo la canción de los sentados, os escudriñaré.

Más tarde con un poco de paciencia escribiré un poema, una égloga, una epístola o un autografo. Tatuaré la tabla del 2 en lo dedos meñiques de vuestros pies, esperaré que alguien pague el rescate, el autobús y la quiniela. Os contaré el secreto y dejará de ser secreto. Quiero bailar mientras observo a una mujer que estornuda.

A lo largo de la larga historia ha habido muchos sucesos que confirman mi hipotenusa. Mañana recitaremos la lección, nos aprenderemos un ideal, abrazaremos un poema.

Os dejo con las deudas.


PAGAR MIS DUDAS

apagar mis fuegos,
loar mis manos,
imponer mis dogmas,
resaltar mis salto
suicidar mis besos,
saciar mis deseos
en resumen, matar a mi hijo.

Vicente en concierto

El 6, viernes de agosto, podré vez por primera ver al mítico grupo Vicente en su chiclana Natal. Ciertos rumores hablan de concetración de mikis por los alrededores. Ciertos rumores glosan la posible incomunicación de esta tribu urbana. El Internete común no es leído, ¿los blogs son visitados? Hagamos la prueba: ¿Hora del encuentro?

amigos todos

Monday, July 26, 2004

¿Qué es un blog?

Tiene sentido este blog

Es lunes y vuelvo de días de fiesta. Me falta una semana para las vacaciones y tengo las ideas en el taller. Pero como dijo Bukowski: "tenía frío, la ropa sucia y los zapatos rotos. Pero también tenía cosas que hacer" o algo así. Estuve en Alburquerque, me reí, conocí a gente interesante y volví a Madrid. En el autobús de vuelta ya nadie me parecía interesante, en el metro de Conde Casal a Sol ya nada tenía sentido, en casa, al llegar, ya nada. Entonces vi como Brasil le ganaba a Argentina, como Carpenter le ganaba a El enigma de otro mundo, como una rubia se ganaba para siempre a una morena. Y hoy aquí estoy. Sin ganas, sin genes y sin nada. Preguntándome si hacer un blog, una bitacora, aporta algo. Yo no sé para que sirve si es que sirve para algo. Pero tampoco sabía muy bien para que servía un poema hasta que mi amigo David Eloy Rodríguez llegó para explicamerlo.


UN POEMA LO ES
si es un bar que no cierra
con un mostrador que ayuda
a sostribar un poco el alma.
Un poema lo es
si es luz en un apartamento oscuro,
una frágil y útil lámpara de aceite.
Un poema lo es
si es un paseo por una vieja carretera
de una tierra conocida
y nos hace sentir el fuego de una hoguera
en una fría noche.
Un poema lo es
si es hijo de nadie
y sabe a sangre propia.
Un poema lo es
si se parece a la vida.

David Eloy Rodríguez


Me encantaría que una blog fuera sinónimo de su poema.

Thursday, July 22, 2004

En el centenario de Pablo Neruda

No todo serán parabienes. Lean lo que opina la ultraderecha pinochetista en voz de un tal Hermógenes y con la aquiescencia del inigüalable Federico Jiménez Losantos


Pablo Neruda
Canonización con disidencia
Hermógenes Pérez de Arce


La de Pablo Neruda ha resultado una virtual canonización cívica. Pero, estando financiada con recursos públicos y, por tanto, también por mí, en cuanto contribuyente (involuntario), tengo derecho a decir lo mío. En otras circunstancias tal vez habría callado, pero se ha hecho un uso político y propagandístico tan desmedido del centenario, honrándose de paso a connotados panegiristas del totalitarismo -como el sacerdote Cardenal o el pintor Guayasamín (que tuvo la insolencia de pintar entre sus adefesios a un perro con la cara de un ex Presidente chileno)-, que no me puedo silenciar.
 
Es innegable que Neftalí Reyes Basoalto, devenido Pablo Neruda, apellido checo (siguiendo la moda extranjerizante de izquierdistas que, sin embargo, fungen como cultores devotos de la raza y la tierra autóctonas), se distinguió en el oficio de escribir poemas y alcanzó renombre universal.
 
En lo no literario, su existencia estuvo lejos de constituir un ejemplo. Como político, luchó siempre en favor de sistemas de gobierno caracterizados por la supresión y destrucción de las libertades personales, entre ellas la de expresión literaria. Ardiente admirador del comunismo soviético, escribió hasta una "Oda a Stalin", el gobernante que ha hecho matar a más gente y sacrificado más libertades en la historia de la humanidad. Siempre su pluma estuvo al servicio de ese imperialismo.
 
No conocí personalmente al poeta. Tal vez, en el trato humano puede haber sido eso que llamamos "un buen tipo", en el sentido de ser amable y hasta llegar a compartir con uno su caldillo de congrio, con salsa de leche y licor.
 
Pero, como a veces sucede, no fue tan "buen tipo" con su propia familia. Su mujer legítima, Antonieta Hagenaar, tuvo una hija enferma de hidrocefalia. Ambas fueron abandonadas por el vate, quedando en la pobreza. La segunda murió cuando él ya había encontrado otra mujer y se desvivía por prestar a los republicanos españoles el auxilio que mezquinaba a su propia familia.
 
Alcanzó honores, fama y fortuna con su poesía, y prestigio político voceando consignas a favor de los pobres del mundo. Todo genuinamente marxista, pues el propio Karl Marx, en medio de su inmenso amor a la humanidad desposeída, abandonó al hambre y la miseria a los suyos, según ha documentado Paul Johnson en "Intelectuales".
 
Así como los méritos de alguna poesía de Reyes Basoalto son indiscutibles, también lo son los deméritos de otra, que utilizó para atentar contra la democracia y algunos de sus exponentes.
 
No tuvo piedad con éstos. Su injurioso poema contra el entonces Presidente Gabriel González Videla, que tuvo el coraje de jugarse por librar a Chile de la primera intentona comunista, en los años 40, fue seguido de otros, que no apuntaban ya sólo al honor de sus víctimas, sino a su existencia misma, como en "Incitación al nixonicidio".
 
En lo personal, recuerdo sus versos insultantes contra Eduardo Frei Montalva, en la proclamación presidencial de Allende, en 1964, donde hablaba del "Tío Sam y su bebé democratacristero".
 
Recibió el Premio Nobel, cuyos jueces, de ojo derecho tan severo como para excluir a Borges, por un elogio verbal a la Junta chilena, se taparon convenientemente el izquierdo para galardonar al poeta totalitario.
 
Pero la cruzada política de Reyes Basoalto –gracias a Dios y a la Junta alabada por Borges– en Chile no prevaleció.
 

Ello permite subsistir a rincones como éste, donde alguien todavía puede exponer aquella parte de la verdad que, sistemáticamente, ocultan la izquierda chilena y mundial.

© AIPE


Hermógenes Pérez de Arce es analista político chileno

David Ortega

No es mi hermano pero como casi que lo fuera. Y no es mi hermano porque cuando él se llama David Ortega yo paso a llamarme Manel Franco. Mira que curioso. Y dejamos de ser gaditanos y se nos pone el acento catalan y nos vamos a hacer el botelló y nos compramos un matasuegra y nos morimos de risa. Y animamos al puto Nastic de los cojones. Pues tb tiene un blog. Y yo como curro desde mac no lo puedo leer por no sé que cuestión. Y eso me hace un desgraciat


www.dabolico.blogspot.com

Furia oriental

Mi último artículo publicado es......sobre Bruce Lee.


FURIA ORIENTAL, con Bruce Lee (*)  
Por Manuel Ortega
 

Ya sé que esto sonará a algo pero yo de pequeño no tenía vídeo. Fueron 10 años pidiéndoselo infructuosamente a mis padres. Más o menos desde 2º EGB hasta el día en que pasé con buenas notas a 3º de BUP. La tele sí, eso sí. Casimiro hizo poco negocio conmigo, yo me acostaba a la hora que terminaba la última película. Desde 2º EGB hasta el día en que llegó el vídeo a mi casa. Mis padres respetaron mi cinefilia y mi curiosidad al mismo tiempo que fomentaban este extraño ritmo vital y de sueño que todo el que me conoce suele admirar. Y a lo que iba, que yo de Kung fú y David Carradine (gracias Tarantino) sé un rato largo, pero que de Bruce Lee y sus películas apenas conozco nada. El otro día vi una por primera vez y me sentí privilegiado. Ya podía agregar el póster de Bruce Lee al triunvirato mágico de Camarón, Maradona y Ernesto "Che" Guevara. Ya tenía otro héroe que combatía a su forma contra la opresión, el lugar común y la mediocridad. Lo que pasa es que éste lo hacía golpeando a los demás desde una pantalla de cine, aspecto este que nunca me hizo mucha gracia.
Quentin Tarantino también golpea desde la pantalla, pero de otra forma. Su cine se ha convertido en sinónimo ineludible de polémica y confrontación en los últimos tiempos. Fascina pero está vacío, es original pero no es más que un pastiche, es adictivo pero con peligrosos efectos secundarios (los Rodríguez, Avary and CIA), divierte pero utilizando trucos. Si sus películas van a ser todas como Kill Bill sólo le pido una cosa. ¡Quentin, sigue golpeando!
Kill Bill ha sido la excusa perfecta de muchos para devolverle las patadas a l'enfant terrible de los últimos años. Que si lo único que sabe es copiar, que si copia hasta la saciedad, que si la saciedad es la culpable. Pero lo curioso es que esos mismos críticos que aducen copia a lo que realmente es revisión, reinvención y reinserción son los que habitualmente desprecian, minusvaloran y desconocen lo supuestamente copiado. Yo no había visto ninguna peli de Bruce Lee y ahora he visto una y me ha gustado. Y claro que no veo copia, sino motivos, códigos e iconos. Aquí van unos cuantos.

La venganza

El motor. La chispa de la vida. El plato frío que a todo nos gusta. El sentido de la vida truncada por los demás. Ella ha dado grandes obras al cine y a las otras artes. Si no como tema, si como núcleo o punto de partida. El despecho, la competencia, el desamor. Demostrar a alguien que se equivocó contigo no es otra cosa que vengarse. No hace falta matar a nadie. Aunque en el cine no importa porque son actores que no se mueren sino que hacen como que se mueren. Furia oriental gira, como Kill Bill , obsesivamente sobre la venganza. Bruce Lee vuelve a su escuela de kung fu para asistir a los funerales de su maestro, un afable pero violento viejecito, muerto en extrañas circunstancias. El funeral es interrumpido por representantes de una escuela japonesa que ponen sobre la pista del asesinato a nuestro buen Bruce. No es muy difícil colegir que son estos los culpables de la muerte del viejo y que su chulería, amparada por la invasión japonesa de China, será recompensada por nuestro héroe con un sinfín de batallas, golpes, mamporros, muertes y puestas en evidencia de la "supuesta" superioridad marcial de los japoneses sobre los chinos. Como en Kill Bill, la venganza será progresiva y jerárquica, empezando por los alumnos de la escuela (los 88 maniacos en Tarantino), los alumnos modelos (la niña aquella), los profesores (Hannah, Madsen) y terminado por el director (Bill), el máximo accionista de la culpabilidad. La venganza en ambas película es el fin y el medio. El motor.

La situación
Temporal y espacial, claro está. Un Shangai invadido por Japón, donde los chinos son sometidos y vejados, un mundo futuro pero cercano donde los asesinos a sueldo campan y matan a sus anchas. No hay salida si eres un paria. No hay cielo abierto para un chino que se rebela ante las injusticias y los crímenes nipones. Ni para una asesina profesional que decide salirse de ese oscuro mundo para irse a vivir con un paleto inocente y tontorrón a un pueblucho de Texas. El lugar hace a las personas. El momento en que se viva transforma tu vida. Ambos son dos personajes atrapados por una situación trágica en un lugar que ya no es el suyo. Y como luchadores, como héroes orientales, la única forma de recuperar lo que era de su propiedad, de vengar lo que le han quitado, es con los pies, con las manos y con el cerebro. Y con algún arma especial.

El arma
En la primera pelea en el colegio japonés, Bruce tras derribar a patadas y puñetazos a sus enemigos se hace con un nunchaku (en mi pueblo siempre se les ha llamado por el más semántico y lógico lunchaco) que se convertirá en el símbolo de nuestro personaje. En Kill Bill, Uma Thurman visita al maestro Hattori Hanzo (muy bien interpretado por Sonny Chiba) para que vuelva al tajo tras 20 años y le construya la katana con la que poder dar muerte a Bill. Esa katana será la prolongación del brazo de Uma Thurman, el icono por el cual se le temerá y se le envidiará. Los nunchaku en Lee o la katana de Thurman inciden en la tradición oriental y en su identificación del guerrero con su estandarte , del fondo con la forma, del alma con el arma.

Los combates
Un espectáculo, oigan. Más cercanos a los de Bud Spencer y Terence Hill que a los de Van Damme o Jet Li. Comprendiendo que la única forma en la que te puedes tomar en serio esas escenas tan desproporcionadas en todo los sentidos (violencia, número, muertes) es con una buena ración de humor. Humor físico, que como todo lo físico proviene de lo intelectual. Los combates de Bruce Lee en el dojo japonés no cuentan con las mismas técnicas informáticas que los de la Thurman en el restaurante con los 88 maniacos. Pero molan igual. El humor amortigua tanta cabeza en el suelo, hace divertido lo que para gente como yo no tiene ni puñetera gracia. Luego en los combates finales (el de O-Ren Ishii en la primera parte, el de Bill en la segunda) son otra cosa. Más estilizados, más cortos, más simbólicos. El de Furia oriental es un hito del cine de artes marciales oriental que por calidad y planificación no le va a la zaga a los de Tarantino.
Como resumen, ¿alguien sabe donde venden posters de Bruce Lee?


(*) Dirigida por Wei Lo


Tuesday, July 20, 2004

Poemita a la coyuntura

Siento que lo siento
Y sepo que lo sabo
Y veo que lo miro
Y hago como cago
otra cosa:
No tendría que haberla llamado
Cada uno es dueño de sus cobardías
Y preso de sus fracturas telefónicas
La edad media e finita
Yo estoy gordito.


Manuel Ortega de "Como la nariz al sombrero"

Cura de humildad

El pez no es pez
porque te mire
sino porque es pez.

Hijos de puta que mueren en la cama: Ronald Reagan

Hoy cedo la palabra a mi amigo David Franco, Y cederle la palabra a éste es como si eres el Barça y le cedes Ronaldinho al Madrid. Coge las palabrería y la convierte en palabras. En palabras que conmocionan, emocionan, ambicionan, que clonan, que Conán, que con Ann Miller y con miles de ans. Ronald Reagan ha muerto. Y punto.



A dos metros bajo tierra

Wu Ming 6
Cádiz Rebelde


Bajo la sórdida objetividad de falsimedia, la aquiescencia de editoriales y de los habituales apologetas de las atrocidades y del crimen imperial, el féretro del cuadragésimo presidente de los USA es cubierto con un trapo con barras y estrellas, sudario que tan bien supo ensangrentar como buen usuario -ahora de la de caoba o palo santo- en sus años al frente de la Casa Blanca. Las loas y obituarios en aclamación postmortem son indignantemente perversos, jubilosos cantos a la desmemoria más atroz: el presidente fue un gran presidente, un líder mundial, un adalid de las libertades. La prensa norteamericana se adorna y se atreve a poner en tinta panegíricos como que fue un "Gran comunicador", un "combatiente de la libertad".
La pálida muerte lo mismo llama a las cabañas de los humildes que a las torres de los reyes. ¿Es necesaria una antología de Spoon River, o mejor dicho, una antología del Lago Nicaragua, para conocer la opinión, los pensamientos y perdidos deseos de aquellos humildes que integraban el imperio del mal, (y ahora son muertos de un solo abismo, sombras de una hondonada) sobre este actor de segunda fila al que gracias a su liderazgo, el mundo dejó una era de miedo y tiranía (Bush dixit)? Evocando a Walter Benjamín sabemos que ni siquiera los muertos están a salvo de los vencedores. Reagan fue un muerto que fue vencedor hasta en la extremaunción debido al límpido olvido de sus atrocidades y a una blanca culpa de neurona consumida por el alzheimer.
Bastará recordar sus méritos más democráticos en política internacional. La cruzada centroamericana, ahora legado, dejó a tres países en ruinas, surcos ensangrentados, territorios rociados de decenas de miles de cadáveres torturados y mutilados. Violó la Constitución de Estados Unidos y una prohibición explícita del Congreso sobre asistencia a la contrarrevolución nicaragüense en el escándalo Irán-Contra. De la Contra llegó a decir:"Son nuestros hermanos, estos combatientes por la libertad, y les debemos nuestra ayuda. Son el equivalente moral a nuestros padres fundadores". Luego se hizo el tonto y negó que conocía el programa encubierto con el que se enviaron armas al régimen "enemigo" de Irán a cambio de fondos secretos para la contra nicaragüense. En un preámbulo alzheimerista, al ser interrogado al respecto, Reagan respondió una y otra vez que "no recordaba" ciertos eventos y decisiones.
Entre sus hazañas aún más liberales y otras aventuras unilaterales, se cuentan la invasión de la pequeña isla de Granada, el apoyo al régimen de apartheid en Sudáfrica y a las fuerzas contrarrevolucionarias en Angola, la guerra secreta financiada por la CIA contra el régimen pro soviético en Afganistán, cuyos líderes fueron recibidos en la Casa Blanca en 1985 por Reagan, quien los llamó "luchadores de la libertad". Años más tarde formaron la red Al Qaeda. Los medios estadounidenses quizá no recuerdan a ese muchacho barbudo apellidado Laden y que el vaquero armó a Saddam Hussein mucho antes de que el sátrapa fuera demonizado. "Nuestros aliados", en una metamorfosis que ni el propio Samsa creería, fueron catalogados con el nombre artístico de "terroristas", en amplia coyuntura entomológica muy influida por la economía.
Pero no se vayan todavía, que aún queda más. De las desapariciones en Argentina escribió: "en el proceso de acorralar a cientos de presuntos terroristas, las autoridades argentinas no han dudado en encarcelar a algunas personas inocentes (...) se trata de un problema que deben resolver sin demoras, aunque el encarcelamiento de algunos inocentes no es razón para que tengan que abrir las prisiones y dejar en libertad a los terroristas". Escrito que todo secretario de defensa debe tener como documento fundacional de su actividad.
Sobre el SIDA, después de evitar mencionar la enfermedad durante seis años y de negar fondos a los programas federales dijo: "Tal vez Dios nos trajo esta plaga", porque "el sexo ilícito va contra los Diez Mandamientos".
Su política económica fue responsable de la peor recesión desde los años 30, y el crecimiento económico en los años 80 fue inferior al de los años 70, a pesar del estímulo de políticas militares keynesianas, que crearon masivos déficits presupuestarios federales y triplicaron la deuda federal. Los salarios reales habían bajado y la tasa de pobreza había aumentado en un 20 por ciento. Y aparecieron los homeless con sus carros repletos de trastos. También incluimos el personal y enérgico despido de los controladores del tráfico aéreo en huelga en 1981. Se completa con una guerra sin precedentes contra los pobres, contra la oposición a los derechos cívicos.
Noventa y tres años de infamia y de conservadurismo recalcitrante, son utilizados por el gobierno Bush (muy influido por la visión simplista de esa política del estas-conmigo- o-contra-mí) para darse un nuevo baño de patriotismo y desviar la atención sobre Irak. Incluso los halcones se consideran muy influidos por la fe religiosa del presidente en "la democracia de mercado libre" y por el paradójico aforismo liberal que afirma que "el Gobierno no es la solución, es el problema", ellos, que son el gobierno que más problemas (y muertes) crea a la sociedad civil del mundo.
El presidente se murió, sí, demasiado tarde, tan tarde como la muerte de Kissinger cuando éste insigne estertore. Pero ni El Salvador, ni Guatemala, ni Nicaragua podrán olvidarlo. Quizá, como Dylan cantaba, muchos centroamericanos seguirán su ataúd en la pálida tarde del Simi Valley, observarán mientras es bajado hacia su lecho de muerte y permanecerán de pie sobre su sepultura hasta que estén seguros de que está muerto.
En el crepúsculo suenan "America the Beautiful", "Battle Hymn of the Republic" y "Amazing Grace". Surcan el cielo de California F18, mientras en la oscuridad del panteón, por las sombrías galería de la muerte, los desaparecidos, los torturados, esperan para invadir su tumba y, durante la eternidad, recordarle palabra por palabra todo el sufrimiento que produjo. A través de la tierra se juntan vuestros labios desgarrados, vuestras voces subterráneas, mineral tan en silencio, voces que dicen que no están muertas, escúchalos, no son sólo memoria / son vida abierta / continua y ancha / son camino que empieza.

Monday, July 19, 2004

Canciones para evangelizar II

AVE LUCIA
(Sergio Dalma)


Ave lucía. El predictor se pinta
de rosa en tu cuarto de baño
Ave lucía y te dice que vas a 
ser madre a finales de mayo
y tu novio de noches secretas 
se ha vuelto enemigo hace unos dias 
vaya ironia
Ave Lucía. Ave Lucía.

Hay un medico tal que resuelve al final 
este tipo de casos
con garantía de un fin de semana
te puede sacar de un mal paso
pero sientes que dentro de ti 
algo nuevo ha pasado
una rareza,una alegria,
algo que crece. Ave Lucía.

Nacerá de tu cuerpo nacerá.
Cuando pueda abrir los ojos te verá y
darás por buenas las peores de tus penas 
ante todo sobre todo vivirá.
Ave Lucía.Has crecido diez años o más 
en un solo dia

Ave valiente decidiendo marchar por 
la vida, levantando la frente y jugándote
el tipo por algo que vale la pena
yo soy tu amigo amiga mía.
Cuenta conmigo amiga mía.
Cuenta conmigo.
Ave Lucía. Ave Lucía.


Hijos de puta que mueren en la cama: Charles Sweeney

Esto podría ser una sección de gozo pero, como todo obituario que se precie, será triste. Por otros motivos, claro.   Empezamos con Charles Sweeney, un hijo de puta que mató de una tacada a 70000 inocentes.






Charles Sweeney, el piloto que lanzó la bomba atómica sobre Nagasaki


REUTERS




NOTICIAS RELACIONADAS

BOSTÓN (EEUU).- El piloto del bombardero estadounidense Charles W. Sweeney que lanzó la bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Nagasaki en 1945 durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial murió el 15 de julio de 2004 en un hospital de Boston a los 84 años de edad.

Charles W. Sweeney, que más tarde alcanzó el grado de general de brigada en las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, falleció de muerte natural en el Massachusetts General Hospital, según declaró su hijo Joseph.

Sweeney tenía 25 años cuando él y la tripulación del bombardero B-29 conocido como 'Bocks Car' comenzaron a sobrevolar Nagasaki en círculos el 9 de agosto de 1945, hasta que un claro entre las nubes les permitió soltar la bomba nuclear de 4.535 kilogramos de peso, apodada 'Hombre Gordo'. Como consecuencia de este ataque alrededor de 70.000 personas murieron.

Su hijo dijo que Sweeney recordaba haber pensado que tenía que cumplir una misión muy delicada y que no podía fracasar.

Tres días antes, el 'Enola Gay', otro bombardero de Estados Unidos, lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima.

Sweeney también participó es ese ataque, pilotando un avión de asistencia al bombardero, dijo su hijo.

"Mi padre estaba sereno y en calma. Volar era su vida y pilotaba todo, desde bombarderos hasta cazas de combate", dijo su hijo.

Sweeney volvió a su trabajo tras la guerra y continuó sirviendo en la reserva. Le sobreviven su ex mujer, y 10 hijos.

Saturday, July 17, 2004

Another pincelada

NO desdeñes el tamaño del enemigo.
El mosquito
también te considera su víctima.


M.F. Macías Herrera

Pinceladas

En el bonobús
está marcaíto con letra de imprenta
que como te mueve tú


Chico Ocaña

Friday, July 16, 2004

Billy Wilder y Nijinsky

Durante el rodaje de Bola de Fuego Goldwyn encontró una vez a Wilder en
el
estudio y le ofreció la oportunidad de hacer con él una gran película.
Wilder debía presentarse en su oficina en cuanto tuviera una buena idea. Así
que un par de días más tarde, Billy Wilder se presentó en su despacho y le
dijo:
-Míster Goldwyn, creo que tengo algo para usted.
Entonces Wilder lo aduló un poco, explicándole que se trataba de un
personaje que sólo podría valorar alguien que no se dejara guiar demasiado
por los gustos del público.
-Pero usted ˆcomentó Wilder-, usted hizo una película con el director
Leopold Stokovsky, debería ser usted el hombre adecuado.
Goldwyn miró a Wilder con recelo.
-¡Cuál es el argumento!
-Una película sobre la vida de Nijinsky.
Goldwyn preguntó:
-¿Quién es ese Nijinsky?
Así que Wilder empezó a contarle que Nijinsky había sido el pobre hijo
de
un campesino que había soñado en convertirse en un gran bailarín. Y se
convirtió en un gran bailarín, ya que nadie que estuviera por debajo de la
categoría de Igor Stravinsky escribió para él música de ballet, y fue él
quien creó la coreografía para la escenificación del Preludio a la siesta de
un fauno de Debussy.
-¿Y la historia? ˆrepuso Goldwyn.
Wilder le contó como Diaghilev descubrió a aquel joven campesino,
hermoso y
fuerte, en la escuela de ballet.
-¿Sabe usted quién es Diafhilev? ˆle preguntó Wilder a Goldwyn.
-¡Ni idea! dijo Goldwyn.
Diaghilev era el mayor empresario del famoso ballet ruso, vio al joven y
se
enamoró inmediatamente de él.
Goldwyn interrumpió a Wilder:
-Por favor, dígame, ¿Diaghilev era una mujer?
Wilder contestó:
-No, era un hombre.
A esto repuso Goldwyn:
-¿Qué clase de historia es ésta? ¿Dos hombres? ¿Dos maricas? ¡Cállese de
una vez, Wilder!
Wilder intentó explicarle que era mucho más que una historia de amor. Le
explicó cómo Diaghilev convirtió a Nijinsky en la mayor estrella del ballet
del mundo. Y cómo empezó la tragedia, cuando Nijinsky, durante una gira por
Sudamérica se enamoró de una bailarina del grupo y se casó con ella en
Buenos Aires. Cuando le llegó la noticia a Diaghilev, en San Petersburgo, se
puso como loco. Cuando la compañía volvió, le hizo al bailarín una terrible
escena y amenazó con destruirlo. Ahí empezó el declive de Nijinsky. Al final
se volvió loco.
Goldwyn lo interrumpió.
-Un momento, un momento, hasta ahora tenemos a dos maricas, de los
cuales
uno además se vuelve loco, ¿y de esto quiere hacer una película? Tengo una
mujer a la que quiero y a la que tengo que mantener y tengo un prestigio que
no puedo perder. ¡Cállese de una vez, Wilder!
Wilder le rogó que le dejara continuar contando la historia. Un día
Nijinsky fue internado en el mejor sanatorio de Suiza y allí llegó al
convencimiento de que era un caballo.
Desesperado, Goldwyn miró fijamente a Wilder:
-¿Un caballo?
-Sí ˆdijo Wilder-, un caballo. Por las mañanas, cuando abrían las
celdas,
salía al jardín y galopaba feliz por él.
Al llegar aquí, a Goldwyn se le acabó la paciencia.
-¡Un caballo que es marica y que galopa por el jardín! ¡Acabe usted con
esta absurda historia! ¡Me está haciendo perder el tiempo!
Wilder se levantó y salió. Mientras abandonaba el despacho le dijo a
Goldwyn:
-¡Está bien! Si quiere un happy end, míster Goldwyn, tengo una idea.
Nijinsky, no sólo cree ser un caballo, sino que además gana el derby de
Kentucky.
Wilder vió cómo Goldwyn cogía un cenicero de su mesa y apuntaba hacia
él.
Tuvo el tiempo justo para cerrar la puerta a sus espaldas.

El pueblo en fiestas

Sigo oyendo a los Martires y me quedo con este estribillo de una canción titulada curiosamente Kay.

Sevilla que cosa tienes
que cosa tiene Sevilla
con una feria tan grande
y unas casetas tan chicas.
Donde siempre caben los mismos

Cartografía de las guerrillas

Hoy es viernes, viernes mañana, viernes del ayer, viernes de hipotecas y malos actores, viernes de intentar acabar con el viernes, viernes de escribir tonterías para tantos. Viernes en los que la poesía suele ser la contraseña para entender la geografía de los viernes. Los Martires suenan en su último disco y yo me acuerdo de Iván.

CARTOGRAFÍA DE LAS GUERRILLAS
Qué poco nos queda para llegar
qué débil impulso nos basta
sólo torcer el cuello
mirarnos el pecho
concentrarnos en la carne
obviar el músculo
vislumbrar el hueso
perdernos en el blanco
traspasar lo blanco
llegar a la materia
bucear en la materia
nadar más abajo
y más abajo
y más abajo
y encontrarnos un fondo
y en el fondo unos peces
y entre los peces un pez
y en el pez un microbio
y en el microbio su interior
y en su interior una luz.
La misma luz
que guía a los barcos en la tormenta.

Iván Mariscal

Wednesday, July 14, 2004

Grandes Impostores I: Alexander Sokurov

Hay que darle sentido al título del post , así que aquí hablaré un poco sobre la impostura, los posturas, los impostores, los postores y los inspectores. Empezamos con uno de mis últimos descubrimientos y con un artículo escrito a 20 dedos con mi colega y amigo Cáceres. Es un poco largo, pero mirad Gasol a donde ha llegado.





EL ARCA RUSA, de Alexander Sokurov  
Por Manuel Ortega &
José David Cáceres

Historia(s) de la impostura

«Nada por aquí nada por allá» (Juan Tamariz)

Resulta bastante ¿alarmante? ¿sorprendente? ¿preocupante? el hecho de que, entre una gran parte de cinéfilos (espectadores y/o críticos), un film como El arca rusa haya acaparado inicialmente tanta expectacion, posteriormente concite una desmesurada atención, y ahora, finalmente, se defina como una obra de arte puro (sic). Prueba fehaciente de que el público de “arte y ensayo” se parece bastante a la masa borreguil que tanto les irrita en las salas “comerciales”. Porque en cine, acabado el cuento, todo es comercio y todo es negocio y eso lo saben requetebien los mercachifles de la culturaleta, sabios doctos en cuestiones tan mundanas como el marketing y la atención al cliente. El marketing tiene muchos, grados, productos, públicos objetivos y targets específicos. Y para el más selecto de todos ellos se han decidido a lanzar en España un producto que ya han padecido en diversos lugares del mundo. ¿Su nombre? Sokurov, Alexander Sokurov. ¿Su obra? De momento aquí, El arca rusa. ¿Su slogan? El cine sin cortes. Conozcamos sus cualidades..

La impostura y el montaje (Ay Eisenstein, ese maldito rojo)
Efectivamente es éste el primer film no montado de la historia del cine: un plano secuencia de noventa y pocos minutos rodado, según juramento en hébreo, en una sola toma sin trucos ni cortes, en soporte digital. Relata en ese único plano, con delectación y alborozo, la historia de la Rusia zarista, desde principios del siglo XVIII hasta su agotamiento pre-revolución socialista, situando la acción en el museo Hermitage de San Petesburgo, donde las pinturas que cuelgan de sus paredes, sus propias estancias y un guía (interpretado por Sergei Dreiden) funcionan como abstracciones metafóricas. La linealidad geográfica se transmuta en linealidad temporal al mismo tiempo que se van añadiendo notas a pies de página por medio de ese guía foráneo y de una voz que se esconde tras la cámara.
Lo que plantea El arca rusa, a nivel temático como formal, es notoriamente ambicioso. Los resultados (de ahí la alarma, la sopresa, la preocupación) se alinean, sin embargo, hacia un perfil vacío, pretencioso y, a todas luces, tramposo, convirtiendo eso que se ha dado en llamar vanguardia cinematográfica (de la cual este film sería uno de sus máximos representantes, según algunos) en una mera impostura, en una nadería con ínfulas, negando las características vertebrales del hecho cinematográfico y sus propias consecuencias. Como en la reciente y sobrevalorada Dogville (con todo, una película mucho más interesante), Alexander Sokurov somete su propuesta a un extremo desafío formal, que rápidamente se revela como una solución gratuita: no hay justificación alguna tal y como se ha compuesto El arca rusa que haga sostenible la necesidad de rodarla en un solo plano, no más que la arrogante búsqueda de conseguir figurar en las antologías del cine por el hito técnico conseguido. Pero lo alarmante (lo sorprendente, lo preocupante) es que este ejercicio de funambulismo cinematográfico se hace a ras de suelo sin arriesgar un ápice ni en lo que hace ni en lo que dice ya que su gran apuesta formal deviene en aburrida, líneal, amanerada y fútil en su gramática y, hueca, conformista, zarista y parvularia en su balbuceante semántica. Al final su mágica, y cacareada, innovación es sólo un truco.

La impostura y el arte total (de cómo Greenaway ya hizo las maletas)

La relación entre el paso del tiempo, el transcurso de la historia, la representación y el arte, como un todo en una sola toma, no es, como aseguran muchos, el gran acierto del film; no existe tal comunión entre todas esos elementos ya que, en primera instancia a nivel formal, el realizador opta por rodar toda la toma con una repetitiva, tediosa y abrumadora utilización de la cámara subjetiva, que niega cualquier sentido de la puesta en escena cinematográfica: es la grabación, que no filmación, de una impostura, que no representación; la de querer hacer cine sin ninguno de los elementos que definene el lenguaje cinematográfico (composicion, movimiento, angulación, espacio, tiempo…), es decir, toda una contradiccíon. Sokurov está un paso tan adelante de todo esto que no se entera de que va la película de hacer películas. Y es duro aceptar que una obra que se basa principalmente en la puesta en escena carezca absolutamente de ella. No existe el encuadre, ni el gusto por él, los actores (?) parecen colocarse donde más les place (siempre cerca de la bella señorita rubia), y desde luego no hay planificación o sentido de la misma; el intento postrero de resumir en un plano majestuoso el final de una época es contraproducente por su falta de estilo e imaginación. La comunión, finalmente, no existe porque su lección de historia es sesgada (en su doble definición) y abrupta dentro del travelling de los acontecimientos acaecidos. Un travelling que más que nunca es una cuestión moral más que modal.

La impostura y el cine (o cómo conseguir lo que ilusos como Welles, Hitchcock o Berlanga no consiguieron)

Analizando el film desde la narrativa, y sus andamiajes más básicos, también naufraga sin remisión, introduciendo el paso del tiempo solamente a nivel externo, porque, aunque dentro del plano no ocurre absolutamente nada, ni siquiera se procura una utlización de los recursos estrictamente cinemetográficos para hacer avanzar la ¿historia?: entre un fragmento y otro de la película existe una clara descompensación; no hay sentido del paso del tiempo en contraposición a los saltos entre una etapa histórica y otra que se suceden a cada momento, y que el espectador bien deduce por unos diálogos, en numerosas ocasiones, meramente explicativos (en cierto modo recuerdan la morosidad y mecanica de las locuciones que se pueden escuchar en un museo), o bien conoce porque ha leido información previa sobre la película. Podría entenderse que este formato atiende a una traslación metafórica de lo que es una pinacoteca (un recinto con cuadros de diferentes épocas y etapas), si bien en la práctica no resulta más que una (otra) impostura, que promociona definitivamente la sospecha de la gratuidad del megalómano plano-secuencia a certeza y alarma (sorpresa y preocupación). ¿No será qué ahora se esté hablando de una presunta genialidad donde sólo hay terquedad y tonta obstinación?.

La impostura y la historia (Acebes sigue opinando que fue ETA)

Otra aproximación a El arca rusa nos revela un film aprentemente histórico, cuyo objetivo no es la representación de una ficción o la recreación de un suceso del pasado, sino el repaso didáctico buscando (sin conseguirlo) un significado poético, de un determinado periodo de la historia (la de la Rusia de los zares: Pedro el Grande, Catalina II, Nicolás II). Construido desde este nivel como una loa a la monarquía, el film de Sokurov acentúa la impostura recreándose en los iconos más característicos de aquélla (superficialidad, ampulosidad, arrogancia); sirvan como ejemplos al respecto la descripción de la emperatriz Catalina y sus hijas o el baile con el que concluye la película. El realizador parece deleitarse con los uniformes y se dedica a rodarlos una y otra vez con aplicada disciplina. Y no le interesa (ni por condición ni por convicción) que el espectador pueda sacar sus propias conclusiones porque se encarga de escondernos las premisas tras el oropel y la megalomanía de una época que no vivió, pero a la que le hubiera encantado pertenecer. De este modo sentimentaloide niega el resto de acontecimientos que se sucedieron en esa época para, como se dice en un momento del film, permitirse soñar que la monarquía fuese eterna: toda una declaracion de principios. Esta claro que a nuestra nueva estrella no le interesa el hombre sino el vestido que lleva. Caduca visión de los hechos, que se alarga a la figura de El extranjero, el guía antes mencionado, un marqués francés, que representa a una Europa estereotipada, vieja y reaccionaria (que por entonces, finales del XVIII, empezaba a superarse) y que llora al final del relato como un Arias Navarro decimonónico. La pretendida nostalgia con que se acerca el realizador ruso a ese período de la historia de su pais deviene en una lección-advertencia mucho más peligrosa y retrógrada (no hay un sentido análitico o intención de entender la historia con la distancia que supone el paso del tiempo, eso mismo sobre el cual la pelicula pretende avanzar) que las ficciones de corte o contenido histórico firmadas por Steven Spielberg, un cineasta tan discutible como talentoso, acusado en determinados sectores críticos por lo mismo que al artista Sukorov sí se le permite (y hasta aplaude); postura que desvela una alarmente (sorpendente y preocupante) falta de criterio, una curiosa y significativa prolongación de la propia contradiccion existente en la película.

La impostura y los forenses (pero si el Doctor Mabuse murió esta mañana)

Se antoja inútil la búsqueda de instantes destacables en El arca rusa, porque no se le puede aplicar ese concepto (instante), y tampoco el de movimiento (asociado al incesante plano-secuencia): no es cuestión de mover la cámara, también algo se debería mover delante de ella. Definitivamente la desolación se apodera del espectador cuando descubre (o cree haberlo hecho) apuntes de interés (alguno con filiciacion fantástica –o fantasmagórica), que no pasan de lo teórico, de lo supeficial, y que son sistemáticamente anulados por la negligencia del director. Por ello, ideas como la de hacer convivir en el relato a los visitantes del museo con los personajes de las pinturas, la asociación estancia-momento histórico, el fugaz encuentro con la muerte o la integración total del marqués en el baile dejando de interactuar con el espectador-director, se estrellan, desde el momento que apenas están en pantalla esbozados de torpe manera y, sobre todo, desde el momento que están desconectados de la mecánica, del discurso, del alma y el cuerpo de la película. Porque el cuerpo y el alma (¿habrán escuchado los posmodernos hablar alguna vez del gran Robert Rossen?) están corruptos a todos los niveles: como ejemplo esa imagen fija con la que concluye la pelicula: el mar que quiere simbolizar el paso del tiempo con su movimiento incesante y que en realidad solo sirve para ilustrar poeticamente una rimbombante y amanerada sentencia final. Un final digno de esta broma sin gracia e idiota con ambición y promoción de obra total.

La impostura y la crítica de cine (ejem)

Algunas voces anuncian que éste es el cine del futuro. Se habla de vanguardia cinematográfica, de nuevos retos en los límites de la representación. Si es así tendremos que estar raudos para asegurar a todo riesgo nuestras colecciones de dvd. El cine, como las demás artes, debe su modernidad y su futuro a una lectura nueva y moderna del cine clásico. Nadie nace con 50 años recién cumplidos. No se pueden hacer tortillas sin utilizar huevos. El Quijote inventa la novela moderna tal como la conocemos hoy desde la parodia y la revisitación de la literatura ya existente. Con el cine pasa lo mismo. Godard adora los géneros, los conoce como si los hubiera parido. Y por eso los pare y los pare nuevos. Kubrick reinventa las formas clásicas en su fondo y en su forma en cada película. Coppola hace suyo lo antiguo para hacer historia moderna. Ozu ofreció, dede una concepción del cine que indaga en sus raices, relatos universales sobre la vida. Directores no tan considerados por dedicarse simplemente a hacer cine (y no engendros onanistas) como Carpenter, Weir, Spielberg, Egoyan, Imamura, De Palma o Lynch construyen el cine del futuro en el presente pero conociendo a la perfección el pasado. Por lo visto, dudamos que a Sokurov le guste el cine o que tenga la más remota idea de que hay un tío que se apellida Shyamalan que con un plano fijo innova más que él con 95 minutos de movimiento esteril. Sabemos que muchos amigos críticos no estarán de acuerdo con nosotros. Nosotros tampoco lo estamos con ellos.
El arca rusa, cierto es, ha tenido una gran labor de coordinación (de extras, de técnicos, de actores) en su elaboración, luce en la direccion artística y el diseño de producción, destaca (respecto al resto) por el competente trabajo del operador, Tilman Buettner, y la esforzada prestación (que no composición) del actor Sergey Dreiden. También dicen que el catering no estuvo nada mal. Llegados hasta aquí, alarmados (sorprendidos y preocupados) nos preguntamos ¿dónde se esconde el cine en El arca rusa ? Sencillamente, en ninguna parte: ya lo avisa el entrañable mago Juan Tamariz antes de hacer un truco: «nada por aquí, nada por alli». Sokurov no es mago, ni un mal aprendiz de mago, ni siquiera un mago de verbena de pueblo que se corta con los sables que no cortan, al que le muerde el conejo que intentó meternos en su chistera. Aunque el problema es que no es un buen cineasta. Y su pelicula es la prueba irrefutable, señor juez. Pero a estas alturas de milenio ¿a quién le interesa el cine?

Y siguiendo con el Chapa. Recupero aquellos pasodobles. Cambio el folio arrugadoen la biblioteca por la tecnología informática en el despacho. Cambio Los bordes del area o Los Guiris por Los sindicalistas o por otros de ahora. Cambio las palabras pero sigue siendo lo mismo. Cada uno se expresa con el ritmo con el que le late. Basta de imitar a Neruda, a Dante, a Eladio Ahorta. Si tuve conservatorio...

los sindicalistas



Y es difícil que lo sepa
O que se la lleve el viento
Es difícil que mañana me meta
En un duelo hacia el invierno
ay de mi si no tuviera constantes
ni de pensar ni vitales
ay de mi si no fuera bastante
con lo que antes tuve bastante
Y así que yo
No encuentro el momento de decirle que soy yo
Y así que yo
Sigo siendo el amigo que nunca se enemistó
Así que yo, cuando yo, siempre yo
Soy el que manda el mensaje
El que le da el masaje a sus preciosos oídos
Soy el que entiende que ella no me vea
Soy el que pretende que se llame Bea
La que es Beatrice imposible
Así con eso, con besos que mueren
En una pantalla
Con horas que hieren mientras llueve
El silencio y la nieve
Que cae cuando ella se calla
Y así que yo
Que nunca nunca fui menos cobarde
Ayer por la tarde
Dejé de ser yo.


(todas las personas aparecidas en estos poemas son imaginarias, incluso yo, cualquier parecido con la realidad es coincidencia pura. Se prohibe la reproducción parcial o total al no ser que tengais un buen sueldo para poderlos llevar a una escuela de pago. El autor se reserva del 75)

Vasos comunicantes

http://www.cambiodeagujas.blogspot.com/

allí, mi amigo Chapa

Canciones para evangelizar (I)

COSAS DE LA EDAD


Eras un niño cuando en este jardín
lloriqueabas en las tardes de abril.
Sobre la hierba, tu espalda cansada,
y tus ideales muy lejos de aquí.


Y ¿qué más da?, si son cosas de la edad.
Y ¿qué más da?, si son cosas de la edad.

Ahora has crecido, eres un lobo de mar
que todavía no ha aprendido a remar,
un ser extraño con quince años,
un chico, un hombre, un tipo genial.

Y ¿qué más da?, si son cosas de la edad.
Y ¿qué más da?, si son cosas de la edad.


Porque la gente se quiere inventar
cien mil razones para hacerte cambiar.
Un tío elegante: ¡sigue adelante!
Mitad del siglo veinte, corazón medieval.

Y ¿qué más da?, si son cosas de la edad.
Y ¿qué más da?, si son cosas de la edad.



ESTE ES UN BUEN POST, MODESTIA APARTE

Sabor a mi

Tengo un viejo guión del programa de Ana Rosa Quintana sobre mi mesa. Un café que ya no quema. Un ordenador encendido. Unas cuantas cosas más que hacer. Un móvil que puede estar pasando su último día a mi lado. Tengo sabor a café en la garganta. Los ojos medio cerrados. La ventana medio abierta. Unos albañiles hacen obras en mis oídos. Golpean con un cincel mi frente. Me recuerdan a mi padre. Oh, os voy a hablar de mi padre. Mejor aún, os voy a hablar de vuestros padres.

Me voy a tomar la tensión

Fin de la presentación