Tuesday, March 18, 2008

Javi Pulido vs Paul Naschy: Dos monstruos

Entrevista a Paul Naschy por Javi Pulido (www.adn.es)

40 años antes que Balagueró, Plaza o Bayona, pioneros como Carlos Aured, Jesús Franco y Naschy se esforzaban, con muchas ganas y poco presupuesto, por dignificar el género. Naschy, aún en activo, siempre fue el más prolífico y entusiasta. Aunque ya había intervenido como extra en producciones como Rey de Reyes, su debut en el género se produjo en 1968 con La marca del hombre lobo.

Yo soy el terror

La marca del hombre lobo no es la primera película española de cine de terror, pero sí la primera que recoge el testigo romántico y gótico de las producciones de la Universal y la Hammer. La película marcó el inicio de la primera edad de oro del género en nuestro país.

Gracias a este filme, Naschy pudo devolver al género del fantaterror las horas de placer pasadas en los cines de barrio queriendo ser Boris Karloff o Bela Lugosi. Su pasión por el género nació en el madrileño cine Iris, cuando de niño engañó al acomodador para que le dejara ver Frankenstein y el hombre lobo. "Nunca olvidaré ese cartel maravilloso con los dos monstruos enfrentados. Salí del cine completamente K.O."

A la censura franquista no le hacía gracia que el primer licántropo ibérico tuviera nombre español, y así surgió el nombre de Waldemar Daninsky, un antihéroe torturado. "Lawrence Talbot (el hombre lobo más famoso de la Universal, interpretado por Lon Chaney Jr) era un poco asexuado y sus historias eran muy ingenuas. Yo convertí al hombre lobo en algo más salvaje, tremendamente erótico, incluso ambiguo en muchas ocasiones; nunca sabías si era bueno o malo. Además, me inventé mi propia iconografía, que incluía la cruz de plata de Mayenza".

Naschy rescató además los famosos cócteles de monstruos de la Universal, películas en las que se enfrentaban varias criaturas que provenían de los laboratorios y el averno.

Naschy es el actor que más veces ha interpretado al hombre lobo, en películas como La noche de Walpurgis o La bestia y la espada mágica. Además, ha creado a personajes como Alaris de Marnac (trasunto de Gilles de Rais, el sanguinario Barba Azul) o Wolgang Gotho en El jorobado de la Morgue, por la que recibió el premio especial de interpretación en el Festival Internacional de Cine Fantástico y de Ciencia Ficción de París.

El licántropo infatigable

No hay personaje o subgénero de terror que no haya abordado. Se anticipó a Coppola varios años con su concepción romántica de Drácula en El gran amor del conde drácula y abordó el género giallo en Una libélula para cada muerto, a las órdenes de León Klimovsky. En El aullido del diablo, rodada en inglés y en cuatro semanas, interpretó hasta a doce personajes distintos.

La mayor parte de la filmografía de Naschy está adscrita al fantástico, aunque en su carrera ha alternado dramas con niño (Mi amigo el vagabundo), comedias alocadas como La batalla del porro o peplums (Los cántabros). Después de 40 años, ¿le queda alguna cuenta pendiente? "Me gustaría hacer una película con mucho presupuesto, una producción histórica".

Otro de sus anhelos, pasar del celuloide a la viñeta, ha podido cumplirlo recientemente. "He pasado a ser un héroe de papel. Waldemar Daninsky ya está en el noveno arte". El retorno del hombre lobo es la película elegida por el dibujante Javier Trujillo para llevar a Naschy al cómic. A esta novela gráfica le seguirán otras adaptaciones, como La bestia y la espada mágica y otras relacionadas con la franquicia Daninsky. Si todo sale bien, también podrán leerse algunas de sus películas más reputadas, como El caminante o Inquisición.

El nuevo proyecto cinematográfico de Naschy le emparejará con otro mito del cine de terror, Christopher Lee. En Mi perro Aquiles, que comenzará a rodar a finales de junio o principios de julio, Lee hará realidad uno de sus sueños: interpretar a Don Quijote. La película, algo metafísica y en principio nada terrorífica, contará también con la presencia de Milla Jovovich.

El infierno son los otros

Naschy quiere seguir en la brecha, aunque se siente algo cansado y decepcionado con la industria del cine. Se lamenta de lo mal que le ha tratado parte de la crítica nacional (que tilda muchas de sus películas de kitsch), de no haber recibido el Goya de Honor, de no haberse decidido a emprender su aventura americana o de que "los modelnos de ahora" no le llamen para sus películas. Aún así prefiere ver la botella medio llena.

"¿Qué pretendía, hacer cine fantástico? Lo he hecho ¿Interpretar al hombre lobo? Lo he hecho. En España no me van a dar el Goya de Honor, pero tengo la Medalla de oro de las Bellas Artes. Mi cine no gusta a todo el mundo, pero ya tengo cuarenta premios y el cariño de mucha gente a la que le gustan mis películas".

http://www.adn.es/cultura/20080313/NWS-1782-Paul-naschy-hombre-lobo.html

Tuesday, March 11, 2008

¿Los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos?

Déjate caer (Jesús Ponce, 2007)
Por Manuel Ortega

Tesquiya*

Si el cine español es una entelequia imaginaos lo que es el cine andaluz. Y eso que hace unos años salió una parejita (los directores d l multipremiado cortometraj Bancos) que prometía bastante, pero que de momento han demostrado que a veces el camino hace al caminante y no al revés. Amodeo se metió en líos y perdió el fuelle y la imaginación de Astronautas con la más convencional Cabeza de perro. Alberto Rodríguez hizo de la modestia su escudo en la pequeña pero efectiva El traje para luego endilgarnos la prefabricada y tramposa Siete vírgenes. Tuvo mucho éxito pero tampoco hablábamos de eso. Chiqui Carabante tras debutar con Carlos contra el mundo sólo ha podido realizar una interesante pero casi invisible tv-movie llamada Calles de fuego. Álvaro Alonso se dedica exclusivamente a la producción. Antonio Hens ha tardado tanto en debutar que casi ya no es joven promesa. Álvaro Begines no ha conseguido espectadores ni estrenando ¿Por qué se frotan las patitas? dos veces.
Detrás de este panorama y de unos mayores que van a lo suyo aunque a veces hagan interesantes incursiones en el mismo imaginario (me viene a la cabeza Furtivas de Miguel Hermoso y la inadvertida Cuando todo esté en orden de César Mtnez Herrada), Jesús Ponce, tras su debut en la admirable Quince días contigo, parecía presentarse como la alternativa con más continuidad y con menos pretensiones de trabajar con Juanjo Ballesta. Haber aceptado un encargo de género a pesar del deficiente guión proporcionado en la mediocre Squizo nos hacía albergar esperanza es una profesionalidad insobornable e inasequible al desaliento. Volvía a las plazoletas pero cambiando a los viejos y el jaco por los jóvenes y el litro. Una apuesta a priori interesante y que la emparentaba con el camino inverso que los uruguayo Rebella (qepd) y Stolz en sus magistrales 25 Watts y Whisky . De Jarmusch a Kaurismaki sin necesidad de pasar por casa. Ponce desgraciadamente va de Loach a Cattaneo pasando por dios sabe dónde.
El resultado final de Déjate caer es decepcionante porque no cumple ni mínimamente lo que parece que es su intención primigenia: una sátira de calado social con extraño acento periférico. Es decepcionante porque es roma y fea, porque no sabe captar la verdad ni la beldad de las cosas cotidianas y su aura. Es fallida porque se queda en la misma posición de la que se supone que los protagonistas huyen: el sitio habitual del conformismo de los lugares comunes. Posiciones, lugares, sitios, enemigos todo de cualquier tipo de movimiento, corriente o aíre fresco. Una pena pero ya sabemos que con palmera de chocolate las penas siempre son menos.

Ponce traiciona su ideario al vender su propio identidad por cuatro caras que no pintan nada dentro de lo que eran quizá los valores más poderosos de la propuesta. La credibilidad de lo que se nos presenta es discutible desde el momento que un hermano tiene acento catalán y el resto de su familia el de una barriada sevillana. Desde el preciso instante que aprovechando el tirón de Mortadelo pone un ratito en pantalla y en grande en el cartel a un padre increíble y con una pronunciación que tampoco se adecua al ámbito en el que se nos intenta retratar. Otro cantar es la rancia y superada misoginia de arriate que bascula en el desarrollo del relato: el deshumanizado comportamiento de la hermana de Grabi(sigue con el tío que casi mata al hermano), la prostitución disimulada del personaje de Isabel Ampudia, la infidelidad desnaturalizada y educativa de la panadera, el proteccionismo agresivo de la madre de Rober o el amor que nos adocena, controla y despersonaliza de la Sunci.

Si a eso le sumamos cierto gusto por el humor de trazo grueso construido por comparaciones dignas de peor Krispín Klander (no confundir con Crispin Glover), una planificación televisiva y cansina, una realización donde la imaginación está al servicio de lo que se dice por encima de la forma de contarlo y unas interpretaciones desiguales, nos encontramos con una panorama que no hace justicia a los que mucho esperábamos del director sevillano y que aquí muestra con cuentagotas (aunque lo muestra en algunos momentos sobre todo en lo referente al personaje de Nandi y su relación con el hijo de su vecina)
Al final paradójicamente es el gran Sebastián Haro, el libertario outsider de 15 días contigo, el que disfrazado esta vez de funcional trabajador de una ETT salva a Grabi de convertirse en un desgraciado desocupado el resto de su vida. Creo que no encuentro mejor resumen para esta breve crítica y la breve trayectoria de Ponce.


(*) Andalucismo que viene a decir “¿Te quieres ir ya?” que traducido resulta “No me engañes, anda”


Publicado en www.miradas.net

Monday, March 03, 2008

Balones del estado

Leído en el blog del gran Gonzalo Vázquez:

El niño imita a sus mayores y el jugador a sus mejores. Por eso la vida fracasa y el Baloncesto prospera.