Thursday, July 22, 2004

Furia oriental

Mi último artículo publicado es......sobre Bruce Lee.


FURIA ORIENTAL, con Bruce Lee (*)  
Por Manuel Ortega
 

Ya sé que esto sonará a algo pero yo de pequeño no tenía vídeo. Fueron 10 años pidiéndoselo infructuosamente a mis padres. Más o menos desde 2º EGB hasta el día en que pasé con buenas notas a 3º de BUP. La tele sí, eso sí. Casimiro hizo poco negocio conmigo, yo me acostaba a la hora que terminaba la última película. Desde 2º EGB hasta el día en que llegó el vídeo a mi casa. Mis padres respetaron mi cinefilia y mi curiosidad al mismo tiempo que fomentaban este extraño ritmo vital y de sueño que todo el que me conoce suele admirar. Y a lo que iba, que yo de Kung fú y David Carradine (gracias Tarantino) sé un rato largo, pero que de Bruce Lee y sus películas apenas conozco nada. El otro día vi una por primera vez y me sentí privilegiado. Ya podía agregar el póster de Bruce Lee al triunvirato mágico de Camarón, Maradona y Ernesto "Che" Guevara. Ya tenía otro héroe que combatía a su forma contra la opresión, el lugar común y la mediocridad. Lo que pasa es que éste lo hacía golpeando a los demás desde una pantalla de cine, aspecto este que nunca me hizo mucha gracia.
Quentin Tarantino también golpea desde la pantalla, pero de otra forma. Su cine se ha convertido en sinónimo ineludible de polémica y confrontación en los últimos tiempos. Fascina pero está vacío, es original pero no es más que un pastiche, es adictivo pero con peligrosos efectos secundarios (los Rodríguez, Avary and CIA), divierte pero utilizando trucos. Si sus películas van a ser todas como Kill Bill sólo le pido una cosa. ¡Quentin, sigue golpeando!
Kill Bill ha sido la excusa perfecta de muchos para devolverle las patadas a l'enfant terrible de los últimos años. Que si lo único que sabe es copiar, que si copia hasta la saciedad, que si la saciedad es la culpable. Pero lo curioso es que esos mismos críticos que aducen copia a lo que realmente es revisión, reinvención y reinserción son los que habitualmente desprecian, minusvaloran y desconocen lo supuestamente copiado. Yo no había visto ninguna peli de Bruce Lee y ahora he visto una y me ha gustado. Y claro que no veo copia, sino motivos, códigos e iconos. Aquí van unos cuantos.

La venganza

El motor. La chispa de la vida. El plato frío que a todo nos gusta. El sentido de la vida truncada por los demás. Ella ha dado grandes obras al cine y a las otras artes. Si no como tema, si como núcleo o punto de partida. El despecho, la competencia, el desamor. Demostrar a alguien que se equivocó contigo no es otra cosa que vengarse. No hace falta matar a nadie. Aunque en el cine no importa porque son actores que no se mueren sino que hacen como que se mueren. Furia oriental gira, como Kill Bill , obsesivamente sobre la venganza. Bruce Lee vuelve a su escuela de kung fu para asistir a los funerales de su maestro, un afable pero violento viejecito, muerto en extrañas circunstancias. El funeral es interrumpido por representantes de una escuela japonesa que ponen sobre la pista del asesinato a nuestro buen Bruce. No es muy difícil colegir que son estos los culpables de la muerte del viejo y que su chulería, amparada por la invasión japonesa de China, será recompensada por nuestro héroe con un sinfín de batallas, golpes, mamporros, muertes y puestas en evidencia de la "supuesta" superioridad marcial de los japoneses sobre los chinos. Como en Kill Bill, la venganza será progresiva y jerárquica, empezando por los alumnos de la escuela (los 88 maniacos en Tarantino), los alumnos modelos (la niña aquella), los profesores (Hannah, Madsen) y terminado por el director (Bill), el máximo accionista de la culpabilidad. La venganza en ambas película es el fin y el medio. El motor.

La situación
Temporal y espacial, claro está. Un Shangai invadido por Japón, donde los chinos son sometidos y vejados, un mundo futuro pero cercano donde los asesinos a sueldo campan y matan a sus anchas. No hay salida si eres un paria. No hay cielo abierto para un chino que se rebela ante las injusticias y los crímenes nipones. Ni para una asesina profesional que decide salirse de ese oscuro mundo para irse a vivir con un paleto inocente y tontorrón a un pueblucho de Texas. El lugar hace a las personas. El momento en que se viva transforma tu vida. Ambos son dos personajes atrapados por una situación trágica en un lugar que ya no es el suyo. Y como luchadores, como héroes orientales, la única forma de recuperar lo que era de su propiedad, de vengar lo que le han quitado, es con los pies, con las manos y con el cerebro. Y con algún arma especial.

El arma
En la primera pelea en el colegio japonés, Bruce tras derribar a patadas y puñetazos a sus enemigos se hace con un nunchaku (en mi pueblo siempre se les ha llamado por el más semántico y lógico lunchaco) que se convertirá en el símbolo de nuestro personaje. En Kill Bill, Uma Thurman visita al maestro Hattori Hanzo (muy bien interpretado por Sonny Chiba) para que vuelva al tajo tras 20 años y le construya la katana con la que poder dar muerte a Bill. Esa katana será la prolongación del brazo de Uma Thurman, el icono por el cual se le temerá y se le envidiará. Los nunchaku en Lee o la katana de Thurman inciden en la tradición oriental y en su identificación del guerrero con su estandarte , del fondo con la forma, del alma con el arma.

Los combates
Un espectáculo, oigan. Más cercanos a los de Bud Spencer y Terence Hill que a los de Van Damme o Jet Li. Comprendiendo que la única forma en la que te puedes tomar en serio esas escenas tan desproporcionadas en todo los sentidos (violencia, número, muertes) es con una buena ración de humor. Humor físico, que como todo lo físico proviene de lo intelectual. Los combates de Bruce Lee en el dojo japonés no cuentan con las mismas técnicas informáticas que los de la Thurman en el restaurante con los 88 maniacos. Pero molan igual. El humor amortigua tanta cabeza en el suelo, hace divertido lo que para gente como yo no tiene ni puñetera gracia. Luego en los combates finales (el de O-Ren Ishii en la primera parte, el de Bill en la segunda) son otra cosa. Más estilizados, más cortos, más simbólicos. El de Furia oriental es un hito del cine de artes marciales oriental que por calidad y planificación no le va a la zaga a los de Tarantino.
Como resumen, ¿alguien sabe donde venden posters de Bruce Lee?


(*) Dirigida por Wei Lo


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