Monday, July 17, 2006

Los lunes que quedan

Es extraño intentar cantar un estribillo a alguien que se aburrió de bailar a tu ritmo, es inverosimil, natural, comprensible. Completable con el taconeo sobre las arrugas del pasado imperfecto que no supimos completar. Y así diez que no terminan cuando el despertador no suena porque ayer te acordaste de lo acordado y la soga fue tenue, débil, impuntual, panfletaria. Atascado por la voz asmática del invierno que nos viene, del otoño que nos sume. Del verano que nos resta mientras seamos negativos en nuestras propias soluciones. El incociente de nuestros dividendos. El mínimo común múltiplo de nuestro verborrea salina y procaz. Y mientras sigue siendo lunes ahí fuera y los semáforos se guiñan al oido lo que odian a los peatones que no los respetan y a las señoras que van con el carrito de la compra porque hoy es lunes y no hay pescado pero hay fruta y unos guisantes muy ricos así comopara hacerlos con. Y es lunes ahí dentro del corazón de todas las aspiradoras y los buses úrbanos y los expendedores automáticos de desgracias y recuerdos sabatinos. Y la melancolía lucha con la apatía, los modales con la antipatía, los caballeros con las arpías y tus ganas de suicidarme con las mías. Los lunes que quedan serán amargos como este móvil del crimen que no suena aunque me llame yo mismo, como las garrapatas que cambiaron la sangre por horchata sin chufas, como los polizones airados de los calcetines oscuros. Como los martes que vienen, los miércoles que brotan, los jueves que se interponen, los viernes que se premeditan. Los sábados que son. Los domingos que fueron.

1 Comments:

Blogger Beaumont said...

Joío, que bueno que eres. ¿Y piensas que lo escrito sólo es atribuible a los de la quedada? En cierta manera si, porque contigo ya me pasó hace unos cuantos meses exactamente lo mismo. Un abrazo

10:41 AM

 

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