Monday, April 28, 2008

Decisiones III

Cuando miro los ojos en el espejo
tiemblan mis pies descalzos.
Siento las hambres rezando frías
en el interior de la lona rota.
Desde aquel día no escucho
voces que rozan sordas el espacio
intento emular distraido los compases
de mi transportador de ángulos muertos.
Rodeo sin palabrería los numeros que nos montan
el mínimo común múltiplo de lo absoluto
recalo sin darme cuento, mis tristezas,
en el solaz descampado del ínfimo latido
que no despierta, desquita, desangra, desailly,
desagana diop, desmond mallet, de la fuente quintana
agustín.

Decepciones II

Me dejé barba y empecé a no reconocer a nadie
(Bolo)

Deserciones I

Alta fidelidad

Cada mes se pregunta si hay un después,
se preocupa de lavarse sólo una vez
al mes, al mes, al mes ...

Se ha dejado su tarjeta de presentación,
estará orgulloso, solo anclado en el sillón,
vencedor, vencedor, vencedor ...

Todo esto es culpa de la gente ...

Sólo ve telebasura y compra el corazón,
siempre se hace el caradura en cuanto hay ocasión
sin razón, sin razón, sin razón ...

Sólo así obtiene el premio de consolación
y los lunes se levanta a partir de las dos,
con el sol, qué calor, qué calor ...

Todo esto es culpa de la gente,
¿por qué te hace sentir tan diferente?
Todo esto es culpa de la gente ...

No le cogen el teléfono ninguna vez,
llamarán, llamarán, llamarán después.
No le cogen el teléfono ninguna vez,
llamarán, llamarán después ...

Todo esto es culpa de la gente,
¿por qué te hace sentir tan diferente?
Todo esto es culpa de la gente ...

(Lori Meyers)

Friday, April 18, 2008

Por las nubes

Cada vez que subes
habla el pan.

Monday, April 14, 2008

Algun texto corto (y pego)

La niebla (Frank Darabont, EE.UU., 2007)

Frank Darabont sabe contar historias. Y sabe contarlas en el doble sentido cinematográfico de la palabra: domina la escritura del guión y domina la puesta en escena. Sólo él mismo y su gigantismo descontrolado pueden pararle. Le pasó en sus dos últimas películas y eso no es bueno si tenemos en cuenta que sólo ha dirigido tres filmes. Pero hete aquí que con su cuarta producción ha conseguido sublimar sus instintos y su inteligencia con la adaptación de una novela que debe más a Lovecraft y al cine de Carpenter que a la obra originaria del rey Midas de Portland. Una propuesta de afán discursivo (quizá demasiado en algunos tramos) que funciona mediante la abstracción paradigmática de los elementos representativos de una comunidad con pocas cosas en común. El miedo y la capacidad de enfrentarse a lo que está detrás de él vuelve a situarnos en lo que hemos dado en llamar cine post 11 de septiembre y sus cábalas más o menos ingenuas, sus soluciones sin continuidad y su incapacidad para ver bosques a través de árboles y otro tipo de fauna y flora tan autóctona.

Pero La niebla se sitúa por encima porque no hay ni concesiones ni condescendencia, sólo la conciencia del desmembramiento de un ideal sin ideología y de la imposibilidad de hallar un camino donde sólo hay pasillos de supermercados con productos que nos compran a nosotros. Ni la unión hace la fuerza si el punto de apoyo está inclinado, ni el héroe americano puede liarse la manta la cabeza sin perder ésta última. Por eso, La niebla destaca, porque es un filme admirable, escrito y descrito sin miedo a quien lo mira.



Las crónicas de Spiderwick (Mark Waters, EE.UU., 2008)

Ahora la gallina de los huevos de oro no tiene forma de gallina sino de un protoanimal raro que además habla y es capaz de recitarte, en un idioma extraño, enigmas sencillos. Tolkien, Narnia, Therabitha, Harry Potter, Stardust, la brujula bañada en oro y ahora estas crónicas de Arthur D. Spiderwick y toda su descendencia, representan una nueva forma de entender el cine infantil y sus mecanismos económicos, un vocabularo inédito, un mapa alternativo de mundos paralelos y para niños. Este primer episodio dirigido por Mark Walters (firmante de la irregular pero interesante Chicas malas) gravita entre el entretenimiento funcional y el cuento de hadas sin brillo ni magia.

Aunque es innegable tanto ciertos retazos de talento expositivo en alguno de los pasajes, como cierta preocupación por la puesta en escena en los momentos iniciales de la película, su narración cae en el agotamiento y sólo es salvada por el previsible reencuentro final más allá de la lógica y del tiempo y de la resolución sencilla y humorística del problema principal. Todo lo demás es cuestionable como nuestro propio mundo y sus fronteras, los recibos de Movistar y los 40 euros que dices que me prestaste la otra noche.

Pack Fernando Fernán Gómez (VV.AA. Suevia)

Hay una frase tópica que dice que siempre se van los mejores. Esa afirmación severa y acomodaticia suele ser un lugar común que pocas veces se corresponde con la realidad objetiva y demostrable. Esta es una de esas veces. Fernando Fernán Gómez representa una de las figuras excelsas de la creación, un hombre-monstruo-artista-río sinuoso donde navega gran parte de la cultura patria del siglo XX y principios del XXI. Ahora es el momento de hacer repaso (inventario cruel), repartir la herencia, ver antiguas fotos y llorar hasta que nos haga reir. O llorar, que ya sabemos que este hombre entre palo y palo los dominó todos. Suevia nos presenta un pack atractivo, bien cuidado y que abarca parte de una de sus épocas más activas (80-90). En él podemos encontrar dos de sus obras más representativas (El viaje a ninguna parte y Mambrú se fue a la guerra), dos de sus últimas películas como director (Siete mil días juntos y Pesadilla para un rico) y una de sus más magistrales interpretaciones (Réquiem por un campesino español del olvidado pero muy interesante Paco Betriú) Además complementando a estos filmes nos encontramos con cantidad de material visual extraído de televisión y un libreto de 32 páginas con interesantes textos informativos.

En esta recopilación podemos ver gran parte del imaginario fernandofernángomiano (perdón por el neologismo) concentrado en una obra que por encontrarse hacia el final de su trayecto mira con ojos más versados (que no cansados) al hecho cinematográfico y sus circunstancias. Una obra que va desde el principio de los tiempos (el teatro y los cómicos de la legua en El viaje…) al final de una España que viene a devolvernos tal como éramos a un lugar que nunca habíamos abandonado (Mambrú), que nos lleva desde el núcleo familiar formado sin nosotros de ésta, a la disolución por la fuerza y el ácido del sacro (y sangriento) matrimonio en 7000 mil días juntos. Que nos trasporta desde el asesinato de nuestra esposa tras 233 meses de negra convivencia, a los brazos de una jovencita que muere de muerte natural destrozando el equilibrio alcanzado tras más de 50 años de artificio. Todo ello completado con el acercamiento que Betriú hizo hacia un Sender ninguneado sistemáticamente por el cine español (a pesar de ser uno de nuestros literatos de prestigio más cinematográficos de la historia) y para el que el director ilerdense contó con un amplio elenco encabezado por Fernán Gómez en el papel de Don Marcelino. Tras la muerte del gran maestro sólo nos queda seguir disfrutando de una obra tan llena de matices como la personalidad que la llevó a cabo. Descanse en pack.

Publicados en www.miradas.net

Friday, April 11, 2008

Que falta m(e h)aria

Puedo saber conquistar
si quisiera el sol y así en el sofá
calentar el reloj de arena y el confort
nada que no sea ser y sentir ser sin tirar
de manta ni de flor, tu olor es la paz
cuando me acerco te acurrucas un poco así
y yo canto (y bailo) una canción que el sol
pronto instaurará su monarquía por dos
y digo yo habrá que desayunar a qué sí.

Thursday, April 10, 2008

Las cosas exactas

Y si me hablas a voces,
si hablas con el corazón
me pones contra la pared.

(De Luciernagas y mariposas de Lori Meyers)

Tuesday, April 08, 2008

Weekend

WEEKEND: Largo domingo de divorcio.

Viernes por la tarde

Dudar de la importancia de Godard en la historia del cine es dudar de que estás escribiendo de cine. Dudar de los que no dudan, y entre dudas, dudan de dudar. La duda es la deuda dentro del cine del maestro francés nacido en Suiza. Confiar sólo en los juegos de palabras y poco más. Porque así se construye la deconstrucción: Separando para unir lo moderno con lo clásico que en esencia es lo mismo cuando llegue el día del prejuicio final. Que Godard nos pille sin confesar. O al verrés.

Ese día será un eterno fin de semana y habrá una larga carretera para expiar a la vecina de enfrente. Ese día llegará el fin del cine y de todas las historias que se narran para que los demás escuchen, sientan, vean. Para que las padezcan, reproduzcan, ninguneen. Acepten, adapten, amarguen, amaguen, dimitan, distraigan. Disparen. Porque el cine de Godard es impacto y es plomo en el corazón y una bala en la cabeza. Y una carretera con coches estrellados contra sus propias circunstancias y las de los demás.

Weekend

La última película de la primera época de Godard es un punto final que sirve para hacer un repaso a su imaginario anterior. Es como la película esa que dicen que te ponen en el túnel que precede a esa luz que precede a la oscuridad más persistente. La última película del fin de tu vida, celuloide atrapado al vuelo de aquí y allá que puede ser trailer o teaser pero es director´s cut impepinable. Es un repaso a pie de carretera de la semana más larga que un cineasta pueda imaginar y que está llena de muchas horas de aula o de trabajo, de mucho aprendizaje y asimilación, de muchas artes y disciplinas que confluyen en una sola nota final a pie de página (liberadora como arrancar la última página y todas las evaluaciones de lo académico y aprehendido): fin del mundo, fin del cine.

Se acaba el cine como hasta ahora lo había entendido, como ejercicio de análisis sobre (mediante) la propia construcción de la estructura fílmica y sobre su propio desarrollo diacrónico. La literatura, la religión, la pintura, la arquitectura, la música y todas las demás artes quedan aparcadas a un lado de la cuneta. Quemada a lo gonzo la primera, obligada a bajarse pistola en mano de tu coche la segunda, vilipendiadas, olvidadas, incendiadas, muertas, superadas, las demás. Ni Emily Bronte, ni un enamorado que canta por teléfono pueden competir con dos obreros (negro y árabe de izquierda a derecha) que comparten un bocadillo, toda la razón y datos económicos sobre lo que ocurre. Lo de verdad, lo tangible (como los cheques que firma el propio Godard en los títulos iniciales de Todo va bien-1972-) Lo que separa a lo filmado de lo firmado pero ya para nunca más.


Al igual que Antoine Doinel moría en la pantalla al acabar la película, atrapado por el rectangular ataud de la imagen significando así, y además, el óbito de la obra de su creador y sus posterior éxito en la vida y el amor, Godard cambia de novia, de trabajo y de peluquero con el final de Weekend, se regenera y continua con su huida hacia adelante, al final de la escapada. La imagen saturada, los filtros inmunes, un travelling de ocho minutos donde sólo queda chatarra y gente gritando antes de morir, el desfile de los personajes que entre lucha y lucha de clases pasan de una etapa a otra del cineasta. Y algunos se quedan por el camino.



Uno de ellos es Joseph Balsamo, una especie de semidios con capacidad para sacar conejos de la guantera, de hacer aparecer un rebaño de ovejas que se enfrenta a otro rebaño de borregos en coche. Es lo que salió de cuando Dios se folló a Alejandro Dumas, según él. Pero lo que realmente nos importa no es de donde viene sino adonde nos lleva. Eso es algo que él nombra como su misión: Pasar de la narrativa cinematográfica a la parafernalia. A lo que le rodea, a lo que está alrededor. Cuando se sale del cine o de una película hay otra realidad y es la que a partir de ese momento ocupará por completo la filmografía mutante del ideólogo de la Nouvelle Vague. Curiosamente Balsamo para subir al auto de Godard sólo lleva dos cosas: una chica y una pistola.


Lunes por la mañana

Hoy el despertador vuelve a sonar como el viernes anterior. Utiliza ese tono imbecil que tanto me molesta para decirme cosas que no me interesa. Supongo que me convocarán para una reunión a primera hora de la mañana y tendré que pedir permiso, como el que pide perdón, para comunicar que tengo una cita (¡con el dentista!) que me obliga a salir antes de tiempo. Luego iré al cine a ver un documental que volverá a ponerlo todo en su sitio. El cine y la realidad, la realidad y el cine, el doble filo de un cuchillo que no sirve ni para untar mantequilla. Teóricos en prácticas. La semana empieza nuevamente poniendo las cosas en el sitio que le han dicho que es su sitio. El cine sigue merodeando alrededor.

Publicado en www.miradas.net

Thursday, April 03, 2008

Cita ineludible

ATENCIÓN: Viernes 4 de abril
La editorial independiente sevillana Libros de la Herida en Traficantes de sueños (Madrid) presenta los libros Compañero enemigo, de Juan Antonio Bermúdez; y La criminal pasión de poseer, de Manuel Fernando Macías, ambos en la colección Poesía en Resistencia de Libros de la Herida.

Será el viernes 4 de abril a las 19.30 horas en la sede de la librería asociativa-distribuidora independiente-editorial Traficantes de Sueños, que está situada en Embajadores 35, Local 6, en el céntrico barrio de Lavapiés.

Los autores compartirán sus poemas de viva voz y estarán acompañados de David Eloy Rodríguez y José María Gómez Valero en representación de Libros de la Herida.


Allí estaremos.