Wednesday, August 02, 2006

África según Groucho

Groucho:
Amigos míos, les voy a describir ese grandioso, ese maravilloso continente lleno de misterio que es África. África parece ser obra del mismísimo Señor, y por mí puede quedárselo. Sí, así fue. Dejamos Nueva York muy borrachos-y muy temprano-la mañana del dos de febrero. Después de quince días de mareos y seis de travesía, arribamos finalmente a las costas de África. De inmediato procedimos a adentrarnos 300 kms en la espesura de la jungla, donde cacé un oso polar. El oso medía 2 m en calcetines. Pero parecía más grande aún, porque llevaba zapatos.

Mrs Rittenhouse:
Perdone que le interrumpa, capitán. Pero crí que los osos polares vivían en el gélido norte.


Groucho:

¿Ah, sí? Pues este oso era anémico y sufría mucho el frío, era un oso millonario y podía permitirse viajar durante el invierno. Oiga, ocúpese de sus animales que yo me ocuparé de los míos (murmurando por lo bajo) El gélido norte, qué cursilada (volviendo al discurso) Desde el día de nuestra llegada, llevamos una vida activa. Nos levantábamos a las 6, al despuntar el día, desayunábamos y a las 7 estábamos de nuevo en la cama. Tanto nos acostumbramos a aquel ritmo aventurero que al poco tiempo volvíamos a la cama a las 6 y media...Estaba sentado delante de mi cabaña cuando me rugieron 6 tigres....Yo me hinqué de rodillas y les rugí que se marcharan. Los animales más comunes en la selva africana son los ciervos, los renos y los anglos. Todos sabéis lo que es un anglo, ¿no?; los que van de un lado a otro descubriendo lagos y tomando el té. Los renos en cambio son esos tipos con sombreritos ridículos que viven en las montañas. En primavera los renos dejan a sus esposas, bajan a la ciudad, celebran su convención anual y beben hasta caerse. Es muy interesante verlos ir al abrevadero y comprobar la desilusión que se llevan cuando descubren que allí sólo hay agua; porque lo que en realidad esperan encontrarse en un abrevarenos. Una mañana, con mi pijama maté un elefante. Lo que no me explico es cómo logro meterse en mi pijama. Queríamos sus colmillos, pero no se dejaron convencer; nos recomendaron Transilvania. Pero dejémoslo, aquello fue un asunto irrelefante. También le hicimos algunas fotos a unas jóvenes nativas. aunque no las reprodujimos. Pero, en un par de semanas regresaremos y lo volveremós a intentar.

(El conflicto de los Marx)

3 Comments:

Blogger Miada said...

Eso sí que son viajes de aventura, a las 6 de la mañana arriba y a las 7 otra vez a la cama, pura vagancia, qué envidiaaaaaa...

Un beso.

10:03 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Gracias tio, es justo lo que necesitaba para una mañana como la de hoy... el desayuno de los campeones.

1:50 AM

 
Blogger Hugo said...

Leer sobre Groucho no es ni la mitad de divertido que leer a Groucho.
Haz que Carlos te preste Groucho y Yo, y si no quieres no se lo devuelvas luego.

12:15 PM

 

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