La soledad y yo
Ahora ve la tele y toma el mando. Luego no me deja dormir y me silba al oido. No quiere ver a mis amigos y me dice que ellos tampoco quieren verme a mí. A veces le tengo que dar la razón. Me chupa un huevo. La vida se renueva y siempre hay gente que respira en todas partes. En todas partes.
Más tarde hace como que sí y se oye una canción lejana. Va abriendo ventanas y ventanas hasta que entra en mi baño. Baila desesperada como buscando una razón. Te he dicho mil veces que no la hay. Ella no me quería y yo tampoco.
Así de fácil toca mi alma. Promueve una razón y conquista el Perú y la tierra de los que saben elegir los regalos. El odio es quizá el motor de lo que me queda mi vida. Lo pensé anoche mientras hablaba con una chica sobre un ciclista.
Vagabundeé de La Latina a Chueca y de Chueca a Malasaña. Coleccioné miradas, sospechas, una visión global de lo que nos ocupa. Mi soledad quería coger un taxi pero no le presté dinero. Me acompañó hasta la cama.
Hoy es domingo y mañana será lunes. Qué coñazo de vida.
1 Comments:
No me gusta lo que leo. Manda a Sole a tomar por culo y tomémonos un café, o un DYC con cola con pasteles. Esa tía es una lianta y no te conviene.
11:23 PM
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