Yo, para ser feliz
Anoche vi El hombre de Laramee de Anthony Mann y ya no pude dormir. El domingo anterior me pasó lo mismo con El último refugio de Raoul Walsh. Mi felicidad, como la Woody Allen en Granujas de medio pelo, se reduce, se extralimita, se hace grande viendo cine clásico y deportes colectivos. No sé si funcionará como metáfora, como sinécdoque o como sinopsis, no sé ni tan siquiera si funcionará, ni si lo sé ni si me importa. Son días extraños en los que soy un cowboy que quiere vengar la muerte de su hermano o un asesino a sueldo que acaba de salir de la cárcel para cometer su último crimen. No sé si soy James Stewart o Humphrey Bogart, Jennifer Capriati o Abel Antón. Lo único cierto es que soy compatible con el cine clásico cuando soy incompatible con otras facetas de la vida y que yo para ser feliz necesito menos que para ser infeliz. Que cada uno concluya con sus propios saques. Por favor.
4 Comments:
Bueno, siempre nos quedará el Pasmao y Lars von trier
12:38 PM
trier trier
jajaja
8:31 AM
"Yo para ser feliz necesito menos que para ser infeliz..."
Me gustan tus ideas...Y seguro que lo consigues.
Un beso.
11:24 AM
un dic con cola
que te quita los males
y te da alegria
para los carnavales
2:03 PM
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