La boca del lobo
Puse el automático y me metí hasta dentro. De pronto me asustaron los colmillos y en ellos aguantabas un ciga de espaldas. Esperando que la abuelita no se despertara, me fui de puntillas (con ene, con ene) y volví por el camino por el cual vine.
Seguiré en el camino, con mi cestita y con el estómago lleno de piedras preciosas.
2 Comments:
Cojonudo (con jota, con jota)
12:16 PM
Los cuentos contigo son otra cosa, y además no tienen ni un colorado ni un colorín.
Un beso.
3:49 AM
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