Monday, September 05, 2005

Hijos de puta que mueren en la cama: William H. Rehnquist

William H. Rehnquist, presidente del Supremo de EEUU


A El presidente del Tribunal Supremo estadounidense, William H. Rehnquist, falleció el 3 de septiembre a los 80 años. Al frente del tribunal desde 1986, se caracterizó por su pragmatismo y conservadurismo; asisitió al juicio político del presidente Bill Clinton en 1999 y ayudó a decidir las elecciones de 2000 en favor de George W. Bush.



Rehnquist entró en el Tribunal Supremo en 1971 tras ser nombrado juez asociado por el presidente Richard Nixon, y asumió el puesto de juez el 7 de enero de 1982. El presidente Ronald Reagan lo nombró al frente de la Corte en 1986.


Pasará a la historia como un juez conservador y pragmático que impulsó las competencias de los estados. Su personal visión de la Constitución ayudó a la aprobación de varias sentencias históricas que aumentaron la potestad de los estados en detrimento del poder centralizador del Congreso.


Esa defensa del federalismo es, según el profesor de la Universidad de Derecho de Georgetown Mark Tushnet y distintos expertos, el principal legado de Rehnquist.




Ronald Reagan presenta al juez Rehnquist como jefe del Supremo el 17 de junio de 1986. (Foto: AP)
El magistrado también se mostró a favor durante sus años en el Supremo de difuminar la separación entre Iglesia y Estado, de reducir el derecho a la intimidad y la privacidad y recortar la protección de presuntos criminales.


Pese a haber llevado la voz cantante en un Tribunal de mayoría conservadora, el voto negativo de Rehnquist no logró frenar la sentencia que legalizó el aborto en EEUU en 1973.


Entre los casos históricos de su carrera figuran también el conocido como "Bush vs. Gore", que puso fin al interminable recuento de papeletas en las elecciones de 2000 y se tradujo en el nombramiento de George W. Bush como presidente.


Dudas sobre su independencia


Su ideología conservadora lo llevó a hacer campaña a favor del candidato republicano a la presidencia Barry Goldwater en 1964, lo que sembró dudas sobre su independencia como juez.


Donald Downs, profesor de derecho de la Universidad de Wisconsin cree que las convicciones personales del juez pueden haber influido su visión, pero insiste en que no era un ideólogo, sino un magistrado pragmático.




El presidente del Supremo toma juramento a Gaeroge W. Bush como presidente de EEUU en enero de 2005. (Foto: AP)
Downs recuerda que el año pasado Rehnquist votó a favor de una sentencia contraria a la administración Bush, al dictaminar que tanto los ciudadanos estadounidenses como los extranjeros detenidos por presunto terrorismo tienen derecho a una revisión independiente de sus casos por un tribunal, que pude ser militar.


La Casa Blanca defendía su capacidad de negar a esos detenidos el acceso a cualquier tipo de corte o a un letrado durante los interrogatorios.


Entre los puntos negros de su carrera destaca su presunto racismo, que salió a relucir en 1986 cuando el entonces presidente Ronald Reagan lo propuso para la presidencia del Supremo.


Las alegaciones se basaban en un memorándum contrario a la abolición de la segregación racial en las escuelas redactado por Rehnquist en 1952 cuando trabajaba como asistente del juez Robert Jackson en Washington.


Rehnquist afirmaría posteriormente que ese memorándum reflejaba la opinión de Jackson y no la suya propia.


El Senado restó validez en su día a esas y otras teorías similares y confirmó al candidato de Reagan para la presidencia del Supremo, por 65 votos a favor y 33 en contra.


Esa confirmación en 1986 se produjo 14 años después de que el ex presidente Richard Nixon lo nombrase magistrado del Supremo, con lo que el juez hoy fallecido pasó 33 años en total en este tribunal, durante los que se ganó la fama de buen gestor hasta entre los que discrepaban con su ideología.


Con su muerte, pasa a la historia la poderosa toga con cuatro bandas doradas en cada manga, diseñada exclusivamente para Rehnquist, a imitación de una túnica de la opereta "Iolanthe" de Gilbert y Sullivan, de quien el juez era admirado.


Atrás quedan 80 años de historia, que empezaron en octubre de 1924 en el seno de una familia de clase media alta de ideas conservadoras, espíritu religioso y origen escandinavo.


A su niñez y adolescencia en Wisconsin le siguieron tres años de servicio en el Ejército durante la Segunda Guerra Mundial, cuando fue destacado al Norte de África como observador meteorológico.


A la vuelta del frente se "enroló" primero en las aulas de Stanford, después en las de Harvard y nuevamente en Stanford, en la Facultad que sellaría su destino, la de Derecho, de donde se graduó en 1950 como primero de la promoción, por delante de la ex juez del Supremo Sandra Day O"C, la tercera de la clase.


Rehnquist contrajo matrimonio en 1953 con Natalia Cornell, quien falleció de cáncer en 1991, y fue padre de tres hijos: James, Janet y Nancy.

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