Wednesday, June 08, 2005

En la muerte de José Artime

Va este pequeño homenaje a este héroe de la libertad. Lo saco del obituario del mundo, un buen lugar para conocer historias bonitas o amargas que se acaban de acabar.


Cuando subió a aquel tren, José Artime nunca pensó que la travesía al campo de concentración de Dachau en Alemania sería tan larga. Aquel tren pasaría a la historia como el tren fantasma. José Artime, uno de los pasajeros de aquel viaje, murió el 27 de mayo a los 94 años.
Durante 58 días, esta locomotora con vagones para transportar caballos, daría vueltas por toda Francia con cientos de hombres hacinados, muertos de hambre y de sed.
De nada sirvieron los intentos de la Resistencia por evitar que el tren llegase a su trágico destino. Los bombardeos aliados no consiguieron cortar las líneas férreas, y el 26 de septiembre de 1944, el tren fantasma llegaba al campo de concentración de Dachau, en Alemania, dejando a muchos de sus pasajeros por el camino.
José Artime fue uno de los supervivientes de aquel siniestro viaje. Había nacido en el pueblo asturiano de Luanco en el otoño de 1911. Con tan sólo 22 años, este minero de profesión y militante de la UGT participó en la Revolución de Asturias de 1934.
Tras el estallido de la Guerra Civil, Artime se enroló con su hermano en el Ejército republicano. En el transcurso de una refriega con el bando nacional, la suerte lo abandonó y perdió su brazo izquierdo.
La caída de Barcelona llevó a Artime al exilio. El 27 de febrero de 1939 cruzó la frontera pirenaica por Puigcerdà. Ya en suelo francés, el asturiano fue conducido al campo de Septfonds, donde ni siquiera había barracas para albergar a los refugiados. Un año más tarde, en mayo de 1940, y debido a su condición de mutilado, fue trasladado a una residencia en Montauban.
Muy pronto, Artime entró en contacto con un antiguo compañero de las Juventudes Socialistas conocido como Pichón, que dirigía uno de los primeros grupos de resistentes que se creó en Montauban.
Su labor en la Resistencia no pasó inadvertida para la Milicia francesa que lo detuvo la madrugada del 17 de julio de 1941. Tras varios días de duros interrogatorios, Artime fue condenado como "jefe sindicalista y terrorista" y conducido al campo de castigo de Vernet, en el Ariège, el 27 de septiembre de ese mismo año.
Junto con otros españoles, planeó su huida, pero el mapa que habían elaborado para que el maquis supiera cómo liberarlos llegó a manos de la Gestapo por una traición.
Este intento de fuga irritó aún más a los nazis, cada vez más acorralados ante el avance de los aliados, y decidieron trasladar a los últimos residentes de Vernet al campo de concentración de Dachau. La sombra de la muerte sobrevolaba el tren que partió de Vernet en junio de 1944 hacia su fatal destino.
Pero el final del nazismo estaba cada vez más cerca y tan sólo un año después, soldados americanos liberaron el campo de Dachau ante la mirada emocionada de los supervivientes.
Con una desbordante energía, a sus 94 años, José Artime seguía presidiendo la Amical de antiguos internados del campo de Vernet d' Ariège. Fiel a sus ideales, nunca abandonó su militancia y siguió luchando para que el olvido no borrara las huellas de la memoria.

5 Comments:

Blogger Bouba said...

Gran tipo, descanse en paz y por encima de todo: no olvidemos.

slds

10:28 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Ojalá todos tuvieramos dentro algo de una persona tan fuerte y vital como Artime, ojalá pudiéramos aprender y no olvidar...
Besos.Adiós.

2:52 AM

 
Anonymous Anonymous said...

“PAISANO” JOSÉ ARTIME.
Desde esta Asturias, tan lejana como querida para José Artime Fernández, deseo traer hasta estas páginas su recuerdo, quiérase o no forma parte de nuestra memorias histórica, esa que un buen día se fue de nuestras tierras impulsada por el kroptkiniano espíritu de la “conquista del pan”, y que tras un complejo como complicado mundo de búsquedas y desencuentros, hoy agosta su vida , que no su espíritu en un pisito de Toulouse.

Es eso, nuestra memoria histórica, aquella de los “guajes” que se fueron en busca de pan y trabajo por Asturias adelante, y que bien la representan este luanquín nacido al rumor de la playa de Verdicio un ventolero día 10 de octubre de 1911. Chaval que pronto dio con sus huesos en aquellas minas costeras del Pozu LLumeres (Luanco). Hombres-niños que se toparon como militantes socialistas con las primeras represiones de 1934, luego vendría la guerra en la cual se enrola como marinero y donde pierde un brazo, mudo testigo hoy de un itinerario existencial que pasa por la caída de Asturias, y la huída en bote a la Barcelona republicana, para desde allí proseguir su lucha como miembro de las fuerzas especiales. Ultimo y vano intento que concluye en un largo fracasado tras la retirada de febrero de 1939 en Puigcerdá.

Luego vendría la larga marcha hacia los campos de concentración franceses, primero Septfonds luego Vernet d´Ariège donde se le tortura por su participación en la resistencia francesa, de este campo se le lleva en un “tren fantasma” al Campo nazi de Dachau, de donde facilita la fuga a muchos otros desmontando el piso de sesenta vagones; huida que recoge el escritor Francesco Nitti. “Chevaux 8, hommes 70" , tras tres años de internamiento en el infierno de Dachau es liberado en junio de 1945.

Hoy, éste presidente de la Liga de Mutilados de la Guerra de España, y de la Asociación de Deportados e Internados políticos y Resistentes del Camp de Vernet, ve como su vida tras noventa y tres octubres se marchita, aunque su espíritu y su lucidez no se apagan fácilmente.

En Toulouse nos dio una lección a los que allí le visitamos nos saludó con un triple beso, y nos desgranó con una entereza y lucidez que asombra en un escuálido cuerpo de casi 1,90 cm., su periplo y la de otros republicanos españoles Cristino García, Maldonado… Fue una tarde memorable de la que la cual salimos con el corazón sobrecogido y más cuando en señal de su fortaleza de espíritu se levantó con fuerza de su silla de ruedas para que viéramos que pese a estar mutilado y encontrarse en esa situación, no por ello dejaba de mostrar su entereza de asturiano, esa que imprime carácter, y deje en el habla, y raza de resistente

Allí dejamos al viejo militante socialista y ugetista, el mismo al que nuestra memoria como asturianos ha de recuperar, como lo han hecho los escritores franceses que han puesto en la calle el libro de “Los Republicanos españoles en el Midi-Pyrénèes, donde se reseña no solo el periplo de del viejo “Artime”, sino el de otros tantos, y que conforman un capítulo tan desconocido como es la estancia de los españoles republicanos en Francia.

Desde éstas páginas solicto al Gobierno Regional de Asturias, que tenga un gesto con lo último que nos queda de esa memoria, a la cual hoy los franceses le presentan sus respetos y escriben sobre sus gesta y modestia como "paisano que ye".

Víctor Guerra García.Hitoriador

12:39 AM

 
Blogger guillermo said...

Solo puedo decir: QUE GRANDE QUE GRANDE

10:01 AM

 
Blogger  DEPORTAD@S ASTURIAS said...

Desde nuestro GRUPO DE TRABAJO , DEPORTADOS ASTURIAS, intentamos reconstruir todas sus historias. Cualquier colaboración sería de agradecer. Un saludo enorme Maribel

4:08 AM

 

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