Wednesday, July 06, 2005

Exactitud, divino tesoro

"...en las últimas fechas, gente valiosa que lleva ya unos años en el oficio, y a la que imitan también los típicos gacetilleros-rémora sin criterio propio, apunta con insistencia a los países orientales como los únicas que producen un cine verdaderamente avanzado, fresco y profundo. No cabe duda de que el estudio de un cine a priori tan alejado geográfica y culturalmente del occidental es esencial, pero, como siempre, no conviene llevar al extremo nuestros posicionamientos. Nadie puede negar la importancia de algunos realizadores orientales recientemente "descubiertos" por la crítica, pero también parece apropiado mantener una cierta serenidad para no dejarnos llevar por un culto a cualquier clase de exhibicionismo (post)moderno y evitar la creación de falsos ídolos, así como el desdén gratuito hacia cineastas que, en un pasado no muy lejano, eran considerados como auténticos estandartes de lo que debía ser un gran artista del medio. Es cierto que el cine de algunos realizadores que despuntaron en el pasado ya no es lo que era, pero me temo muy mucho que exista un poso de orgullo elitista en la actitud de aquellos articulistas (los gacetilleros anteriormente aludidos) para los que la calidad de una obra artística parece resultar directamente proporcional al grado de desconocimiento de su realizador o incluso, en los casos más patéticos, a la dificultad de pronunciación de su nombre.



Semejantes posturas extremas hacen un flaco favor al análisis cinematográfico en tanto no se muestran interesadas en parte del cine presente y pasado y pretenderían condenar al ostracismo a muchos grandes cineastas en favor de novísimos y altisonantes hechiceros de la imagen postmoderna, los cuales, por cierto, no siempre resultan todo lo analíticos que se dice. Tomemos el ejemplo de Alfred Hitchcock. Nadie dudará a estas alturas de su posición privilegiada dentro del desarrollo del séptimo arte, pero muy pocos críticos parecen preocupados en retornar seriamente a sus películas, en tratar de aportar nuevos puntos de vista sobre la labor de un cineasta cuya inmensa complejidad, aún no suficientemente estudiada, va mucho más allá de su (estúpida, y no tan en desuso como debiera) consideración de "maestro del suspense". ¿Qué ocurre, entonces? Pues ni más ni menos que las rupturas y reinvenciones narrativas de Hitchcock no son, vistas hoy en día, tan directas y aparatosas como las de otros realizadores, y su condición de director extremadamente popular y taquillero unida a lo fácilmente accesible que resulta su cine (no hace falta rebuscar en los confines de interNET ni visitar los más recónditos festivales para verlo) no le hacen un blanco apetecible para el sector más amnésico de la crítica, al que le cuesta aceptar que el hecho de que un film no gravite continuamente sobre el vacío no implica necesariamente que caiga en la fórmula estéril o no sea fiel al espíritu de su tiempo. Y es que el culto excesivo al cine más llamativamente novedoso puede devenir tan miope y relativista como la apolillada cinefilia atrapada en el mito de Hollywood, por lo que el conocimiento de la mayor cantidad de muestras de cine de todos los tiempos (no sólo el actual) y nacionalidades (no sólo el oriental) se revela como un camino tan arduo como obvio para alcanzar una visión más amplia, matizada y completa de la(s) Historia(s) del cine, siempre y cuando sea ése y no otro el verdadero interés del crítico...."


Alejandro Díaz en su artículo sobre Fugitivos de André Techine en www.miradas.net

2 Comments:

Blogger Joni said...

Perdona que me salga un poco del tema:
Como vuelvas a llamarme jonatan te quito la sotana, la misión y hasta la impostura con mi grito hipo-huracanado. Esta vez vale porque no estabas advertido.
Un saludo (emoticon vigilante)

10:13 AM

 
Anonymous Anonymous said...

no creo nada de lo que dices.

2:29 PM

 

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