Me rindo

Claudico, paso de ella, me rindo. Mañana entregaré a mis hombres, aceptaré un juicio popular, me fusilaré al amanecer. Devolveré todas las tierras que le planté, mandaré a su embajador de vuelta, los tesoros, que he conseguido ir llevándome en mis escasas incursiones, serán depositados en su banco. Mis miradas dejarán de apuntarle, entrego a balística mis retinas. Mis criminales de guerras tendrán que declarar en un consejo: No os mováis sin mi permiso, no me hagáís caso cuando beba, dejad esta noche, y la siguiente, el puto móvil en casa. Para mí esta guerra ha teminado. Mi alegría será declarada simple daño colateral.