Monday, April 30, 2007

El esperado regreso

Llevas años enredada en mis manos,
en mi pelo, en mi cabeza
y no puedo más, no puedo más.
Debería estar cansado de tus manos
de tu pelo, de tus rarezas,
pero quiero más, yo quiero más.

No puedo vivir sin ti,
no hay manera.
No puedo estar sin ti,
no hay manera.

Me dijiste que te irías
pero llevas en mi casa toda la vida,
se que no te irás, tú no te irás.
Has colgado tu bandera,
traspasado la frontera, eres la reina,
siempre reinarás, siempre reinarás.

No puedo vivir sin ti,
no hay manera.
No puedo estar sin ti,
no hay manera.

Y ahora estoy aquí esperando
a que vengan a buscarme, tú no te muevas,
no me encontrarán, no me encontrarán.
Yo me quedo para siempre
con mi reina y su bandera, ya no hay fronteras,
me dejaré llevar a ningún lugar.

No puedo vivir sin ti,
no hay manera.
No puedo estar sin ti,
no hay manera.

(Los Ronaldos)

Tuesday, April 17, 2007

Status

Estoy en Madrid

Sunday, April 08, 2007

Concursante

CONCURSANTE: El precio justo.


Allá por el 68 (yo también nací en el 53), un pipiolo Theo Angelopoulos debutaba con orejas y rabo en el festival de Berlin con su cortometraje El programa (Ekpombi, 1968). En él, influido por una Nouvelle Vague que ya comenzaba a acusar los primeros síntomas de fatiga visual y narrativa, nos mostraba rápidamente los entresijos de un concurso radiofónico, absurdo y complaciente, que no era más que otra pieza de un engranaje absurdo y complaciente que era el mercado discográfico, que no era más que otra pieza de un engranaje absurdo y complaciente que era el libre comercio, que no era más que otra pieza….En él, el concursante era otra pieza (todos a coro: absurda y complaciente) que tenía que dar las gracias (más fuerte y más alto, por favor) al programa. Pero a él le ilusionaba, incluso se afeitaba y se ponía sus mejores galas para 15 segundos de gloria en un estudio radiofónico donde sólo lo veía un orondo técnico de sonido. Era un cómplice ingenuo y alienado, pero cómplice al fin y al cabo, que al final era condenado por la misma culpa que le había arrastrado a implicarse. Como todos más o menos.


Martín Circo Martín (nombrar a los personajes ya es una declaracion de intenciones) es profesor de economía en la universidad y se dedica a glosar en sus clases magistrales, las delicias del capitalismo y la idoneidad de este sistema para el buen funcionamiento de la civilización que nos sustenta. Su pose es tan chulesca que enamora a las alumnas y desprecia a Keynes. Anda los pasillos ostentando el poder que le da el dinero y saber de dinero más que nadie. Además para más inri, acaba de ganar el mayor premio de la televisión demostrando sus conocimientos en la materia y está tan orgulloso que no se ha parado a pensar que no se ha parado a pensar. Ya saben, en un concurso hay que responder rápidamente porque sino se te adelantan y gana otro y...Pero al final siempre gana la banca. Y de esto va la más que interesante opera prima del prestigioso cortometrajista Rodrigo Cortés (padre de uno de los mayores goces-15 días-que este cronista recuerda en un cine, además de lo que me pasó con tu prima of course), una obra compleja y rica en matices y que apuesta por la imagen y el sonido antes que por la palabra escrita, la convención flagrante y los amigos gays. Una rara avis que viene a sumarse a las últimas y atractivas muestras de que en el cine español se puede mantener una llama viva mientras salgan a la palestra directores con el talento y el magnetismo de Aliaga, Sánchez Arevalo, Sánchez Cabezudo, Lacuesta o Russo. Gente que sumar a los Amodeo, Guillem Morales, Porlan, Berger, o Rosales de los últimos años. Gente que suma, al fin y al cabo.


¿Y qué suma este Rodrigo Cortes en el panorama cinematográfico patrio? Pues suma el riesgo de contar una historia a su modo, sin tenerle miedo a equivocarse (y se equivoca, claro, cierto), utilizando la elipsis y el sonido para esquivar obviedades, lugares comunes y previsibilidad. Aporta la mirada sucia del que no cree nada más que en lo que narra sin asirse a comodines de la llamada o el público. Aporta desvergüenza, pasión por el encuadre, por el artificio y por el ritmo que le pide la historia, no el que le reclama la lógica aburrida standard de lo manido. Aporta unos actores que parecen sacados de cualquier sitio menos de una película española. Se arriesga, prepara el terreno y a mitad de la película siembra su tesis para que apre(he)ndamos la razón que mueve los hilos incluso de su propio engranaje.

Porque Concursante no deja de ser en todo momento una brillante parábola que se arremolina sobre sí misma para expandirse en su propio remolino. Una fábula donde los animales siempre ganan y donde el bueno, a pesar de descubrir al titiritero, pierde por querer seguir siendo un títere amarrado a un maletín que no da la felicidad sino que la quita. Y él, tras demostrarnos que la quita, no puede renunciar a quitarse la felicidad de cuajo aunque un viaje alrededor del mundo le espera a la vuelta de la esquina. Es el precio justo que todos debemos de pagar por tener un precio. El capitalismo viene de capital aunque todos vivamos en los barrios periféricos de sus peores provincias. Una moraleja, que también es un barrio, donde un hombre desnudo, tras el espectaculo, las sorpresas y el más difícil todavía, no deja de ser más que eso: un hombre desnudo. Martín Circo Martín. El fantasma de Joe Gillis, un mal guionista que empezaba su mejor historia tras su muerte (1), está presente constantemente en este relato que parece sacado de la mente de un Philip K. Dick con problemas de hipoteca, en una casa que arde.



Rodrigo Cortés a veces se equivoca en su atrevimiento. Alabado sea.



(1) Guiño a El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, 1950, Billy Wilder)

Publicado en www.miradas.net

Saturday, April 07, 2007

Monólogos para simios

Ella: Lo siento, no me interesas.

Él: A mí tampoco, pero eso no quita para que me masturbe casi a diario.

Friday, April 06, 2007

Seguimos con el rap

Abandono
en mi vida se suman yo que
si no somos y ya que tampoco
es el modo, miro a la grada y
nada, que abandono.

El tiempo que hace que no
la oferta que perdono y que
la madre que me mira como
el daño que me surge en el
los días que perdimos allí en
la noche que no llega y yo
la brecha que se cierra sin
no haremos aquel viaje solos a


Tanto tiempo residiendo aquí
tantas sonrisas y amigos, sí
ahora la puerta se engrandece y yo
me hago pequeño, me siento enano,
me voy que me marcho,me digo adios.

Y abandono
y ya nadie puede ya nadie no
estoy solo, con espejos alrededor
y asomo, el vaho que desprende el corazón
es humo, yodo, yo no sé lo que tomo
yo no, y ese es mi modo
de decirme que no
que los maniquís desde hace tiempo maniquís son.

Pero abandono
no sé ni cuándo ni cómo
pero ya no existe más razón
que el abandono, no lloréis
me gusta llorar solo
hasta otra amigos, hasta siempre.
No lloréis, me gusta llorar solo.

A vueltas con nuestra educación sentimental

BOTINES

Esa me las compro
yo esa me las compro

Me gustan los botines de basket, no hay más que en mi keli
Las botas de base, de alero y las bambas de heavy
Si estás pensando en montar competi, va...
¿Quién se ha vestido mejor los pies por toda la ciudad?
¿Quién llevó las Asics Tiger, las Patrick Ewing en blancas?,
si tienes pasta las pagas, sino las mangas
¿Cómo? - con alicates, el pito se arranca
las metes en la mochila, sales y nunca suena, venga es una ganga
Ese modelo me flipa y nunca están.
Salgo to inflao con las Reebock Pump.
El Hozone y yo cambiando Upper-Decks, los reyes de la estampa
Tu compi con las Kelme Villacampa
Las vendo, las compro, las tengo,
las Converse Weapon o las Air-Force
Te hablo de clásicos como la Alta Escuela
las de Larry Johnson tenían líquido en la suela
Las All-Stars de tela, las J'Hayber punkis
menudo bache, las Yumas y las Nike Huarache
¿Los llevamos a los mates Jony?
Spud Webb con las Pony y Dominique Wilikins con las Etonics.
Las Golfitos, las Paredes, las Rox, las de los Lakers en lila,
mamá cómprame unas Fila por lo menos,
6000 lo menos que puedes gastar
2 modelos pal pivot las Shaaq-nosis y las Shaaq-Attack
¿Te acuerdas de las Karhu con un lobo aquí?
¿El Caja San Fernando con las John Smith?
¿Las Adidas de Kareem Abdul-Jabbar?
La cosa se complica, las Kangaroo con las lucecitas
Todas estas marcas y más son las que tienen
historias de nosotros y los que vienen
Si mamá se enfada no las pongas en los cojines.
Lo del Canto del Loco son zapatillas, esto son botines.

Todos los fans de los velcros
los modelos de las Jordans
con las cámaras de aire
To la peña del Foot Loocker

Por favor no me las pises
en las bodas y días grises
nunca llevo unos zapatos
llevo las que siempre quise

(Tote King)

Monday, April 02, 2007

La pesadilla que se muerde la cola

Si quieres a alguien no se lo digas. Díselo a alguien que la quiera. Si quieres, luego, en un ratito, en un reservado abierto o no, escribe un poema que no tenga nada que ver con esto. Mételo en una botella y entiérralo en una montaña de las que desaparecieron en el último volcan. Mira la playa porque te está mirando. Calla un rato que ya no son horas. Ahora son minutos que son días, segundos que pasan como meses, años de milésimas heridas de gigantismo. Si quieres a alguien no se lo digas porque quizá ya no le puedas decir nada más. Ese es el truco, hermano, pana, mi broder.